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Santa Cena SÍ

La conmemoración de la muerte de nuestro Señor y...

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 Levítico 16.

 El tema principal de Levítico tiene que ver con dos preguntas fundamentales:

  1. ¿Cómo puede el hombre pecador acercarse al Dios santo?
  2. ¿Cómo puede mantener la pureza en su vida diaria para no perder la comunión con Dios?

El libro detalla la importancia de los diferentes tipos de sacrificios de animales y también la labor de los sacerdotes como mediadores. Es imprescindible entender todo esto para poder comprender bien la Obra de Cristo en la Cruz como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y como Sumo Sacerdote que intercede por nosotros. El Gran Día de la Expiación o del perdón.

ElYom Kipur.Este capítulo contiene para nosotros una de las mayores lecciones espirituales. Los Temas tratados hasta ahora en Levítico han sido las ofrendas, los sacerdotes y el pecado. Ninguno de ellos ha tratado final y completamente el Tema del pecado. Llegamos entonces a la sección del libro que trata más extensamente que ninguna otra ese Tema. Los detalles expuestos señalan más específica y adecuadamente la obra de Cristo en la redención. El tratamiento del Tema constituye una imagen anticipada de Su obra redentora.

Decía el apóstol Pablo en Colosenses 2:16 y 17:“Por tanto, que nadie os critique por lo que coméis o bebéis, o por cuestiones tales como los días de fiesta, las lunas nuevas y los sábados. Todo esto no es sino la sombra de lo que ha de venir, pero la realidad misma es Cristo”. Una sombra puede compararse a una fotografía. Aunque esa fotografía sea un sustituto deficiente de la cosa o persona real, señala hacia esa realidad. Hengstenberg comentó: "La aclaración de la doctrina de los tipos, en la actualidad completamente descuidada, es un problema muy importante para los futuros teólogos". La figura, o tipo de este Gran Día de la Expiación merece un estudio cuidadoso.

El Dr. Kellogg explicó de la siguiente manera el significado del Gran Día de la Expiación:"Fue quizás la característica más importante de toda la legislación de Moisés". Los rabinos designaban al Día de la Expiación con el término Yoma, equivalente a "El Día". Era en dicho día en que la cuestión del pecado era tratada de forma más adecuada que en cualquier otra ceremonia del sistema legal de Moisés.

Observemos la frase del versículo 16:"…de sus rebeliones, y de todos sus pecados…". Y luego, en el versículo 22,"aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos…"Y el versículo 21,“y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados…”. El haría, pues, expiación, obtendría el perdón de todas sus maldades, rebeliones y pecados de una forma temporal, por eso es que se tenía que repetir año tras año. Esto era lo mejor que aquel sistema legal podía ofrecer hasta que llegase Cristo.

Las instrucciones y restricciones de este día surgieron como consecuencia de la rebelión y desobediencia de Nadab y Abiú, hijos de Aarón, cuando entraron en el Lugar Santísimo de la tienda de reunión y fueron castigados inmediatamente por juicio directo de Dios (incidente relatado en el capítulo 10 de este libro de Levítico). Algunos escritores tratan conjuntamente este capítulo 16, con el 10.

El Día del Perdón, o expiación, se celebraba en el séptimo mes, y en el décimo día. Estos números son significativos en la mayor parte de la Biblia. El séptimo era el mes sabático y denotaba descanso y cese de trabajos. Seguramente no carece de significado que este mes hubiese sido elegido para presentar el descanso que implicaba la redención lograda por Cristo. Dice la carta a los Hebreos 4:10,“Pues el que ha entrado a su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las suyas”.

El 10 es otro número importante de la Biblia, y parece transmitir la idea de aquello que expresa la voluntad total de Dios. Había 10 mandamientos principales; ni uno más, ni uno menos. Dios requirió el diezmo de parte de su pueblo parte y el remanente de Israel fue definido en Isaías 6:13 como una décima parte. El número 10 comunicaba la mente y el propósito de Dios. El décimo día, en este pasaje, expresaba la verdad de que Dios en Cristo vino a cumplir la Voluntad Divina, cuando llegó al mundo al cumplirse el tiempo, cuando fue humillado y herido por nosotros, para lograr nuestra redención.

La palabra equivalente a"expiación", es la hebrea kaphar, que significa"cubrir". Dios no quitó los pecados en el Antiguo Testamento. Los cubrió hasta que Cristo viniese a removerlos. Hay varios pasajes de la Biblia que enseñan esta verdad: Hechos 17:30,“Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan”; Romanos 3:24 y 25:“siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como ofrenda de redención, liberación y perdón por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente”; Hebreos 9:15, explica que"Jesucristo intervino con su muerte, a fin de unir a Dios y a los hombres como mediador de un nuevo pacto o testamento, para que sean perdonados los pecados cometidos bajo el primer pacto y para que aquellos a quienes Dios ha llamado puedan recibir la herencia eterna que él les ha prometido"; Y Hebreos 9:8 y 9 declara que,"Con esto, el Espíritu Santo nos da a entender que, mientras la primera parte de la tienda seguía sirviendo para el culto, el camino al santuario todavía no estaba abierto. Todo esto es un símbolo para el tiempo presente, pues las ofrendas y sacrificios que allí se ofrecen a Dios no pueden hacer perfecta la conciencia de los que así le adoran".

El Día del Perdón, o de la expiación, señalaba a Cristo y a Su redención como ningún otro sacrificio, ceremonia u ordenanza del Antiguo Testamento. Revela a Cristo, nuestro Gran Sumo Sacerdote entrando por nosotros en el Lugar Santísimo del cielo. Ahora veremos, una breve reflexión de este capítulo 16.

La preparación del sacerdote.

Leamos ahora los versículos 1 y 2:"Y HABLO Jehová a Moisés, después que murieron los dos hijos de Aarón, cuando se llegaron delante de Jehová, y murieron; y Jehová dijo a Moisés: Di á Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario del velo adentro, delante de la cubierta que está sobre el arca, para que no muera: porque yo apareceré en la nube sobre la cubierta".

Las instrucciones, ordenanzas y ritual para el Gran Día del Perdón tuvieron un carácter esencial después del citado incidente de la muerte de Nadab y Abiú. Esta celebración ofrecía una explicación a la muerte repentina de aquellos 2 hombres. La absoluta santidad de Dios y la completa pecaminosidad del hombre quedaban aclaradas en este servicio ritual.

Existe un gran abismo entre Dios y el ser humano, pero tal abismo no permanece estático. Y damos gracias a Dios por ello. Porque ha tendido un puente. Dios anima al ser humano a venir hacia Él, pero, eso sí, tú debes acercarte a El de la manera indicada por Dios. De esta forma, puedes aproximarte con confianza. Como bien lo expresó la carta a los Hebreos 10:19-22:“Por tanto, hermanos, ahora podemos entrar con entera libertad en el santuario por medio de la sangre de Jesucristo, siguiendo el camino nuevo, el camino de vida que él nos abrió a través del velo, es decir, a través de su propio cuerpo: Jesús es nuestro gran sacerdote que está al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, pues, a Dios con un corazón sincero y una fe completamente segura, limpios nuestros corazones de mala conciencia y lavados nuestros cuerpos con agua pura”. Y el apóstol San Pablo lo expresó de esta manera en Efesios 2:18:“Pues por medio de Cristo, unos y otros podemos acercarnos al Padre por un mismo Espíritu”.

Observemos que todo esto fue establecido a causa de la intrusión de aquellos 2 hijos de Aarón en el Lugar Santísimo. Y hemos leído en el versículo 2, que Aarón mismo no podía entrar en todo tiempo al Lugar Santísimo. Pero ahora es como si Dios nos dijera que Él puede entrar en todo momento a Su Lugar. Para nosotros en la actualidad es diferente. Podemos venir en todo momento y en cualquier lugar y entrar en la presencia de Dios, siempre y cuando vengamos por medio del sacrificio de Cristo.

Leamos los versículos 3 y 4:"Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro por expiación, y un carnero en holocausto. La túnica santa de lino se vestirá, y sobre su carne tendrá pañetes de lino, y ceñiráse el cinto de lino; y con la mitra de lino se cubrirá: son las santas vestiduras: con ellas, después de lavar su carne con agua, se ha de vestir”.

La característica única y significativa de este día era que solo el sumo sacerdote llevaba a cabo el ritual. No recibía ninguna ayuda para ello. El versículo 17 de este capítulo 16, dice:“Cuando Aarón entre a hacer expiación para obtener el perdón de los pecados en el lugar santo, nadie estará en la tienda de reunión hasta que él salga, para que haga expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel”. Todo el trabajo era realizado por Aarón, desde las tareas de menor importancia hasta las propias del oficio de sumo sacerdote. Todos los demás sacerdotes se retiraban de la tienda de reunión. Solo él entraba porque el acto de la expiación era exclusivamente ejecutado por él.

Esto es importante como figura de Cristo. Cuando El llevó los pecados del mundo supo por primera vez lo que es la soledad. Por eso exclamó las palabras del Salmo 22:1,“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?”Cristo, cuando llevó nuestros pecados en la cruz, en ese momento experimentó la soledad. No obstante. Antes de su muerte, Jesucristo dijo, en Juan 16:32,“Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo". Este es un gran misterio. Fue San Pablo el que dijo en 2 Corintios 5:19, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo. Vuelvo a decir esto es un gran misterio.

El sumo sacerdote se quitaba sus ropas, que reflejaban belleza y gloria y, después de lavarse, se vestía únicamente con el mismo traje de lino que llevaban los demás sacerdotes. Quedaba desprovisto de adornos, pero puro y limpio.

Este era una hermosa imagen que prefiguraba a Cristo, que dejó Su gloria y asumió la naturaleza humana para morir en la cruz. Juan lo describió adecuadamente en 1:1, 14, 18:“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer”. Nuestro Señor no dejó Su deidad, pero se despojó de Su gloria cuando vino a esta tierra como un hombre. Esa humillación fue elocuentemente descrita en la carta a los Filipenses 2:5-8:“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: Sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; Y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

Leamos los versículos 5 y 6:"Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos de cabrío para expiación, y un carnero para holocausto. Y hará allegar Aarón el becerro de la expiación, que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa”.

Estos eran los preparativos finales y personales de Aarón para este día tan importante. Presentaba una ofrenda por sí mismo, su familia y quizás incluía a toda la tribu de Leví.

Esta fase del Gran Día del Perdón no tiene un equivalente en la vida y obra de Cristo. Porque Él no tenía pecado, no murió por Sí mismo. Fue hecho pecado por nosotros. Nunca presentó una ofrenda por sí mismo. La ofrenda de las tórtolas que fue traída al templo cuando era un niño era para la purificación de María, Su madre. Le recordaba que era pecadora. No hay ningún dato registrado sobre una ofrenda por Jesús. Pero Aarón tenía que presentar primero una ofrenda por sí mismo y luego podría presentar una por el pueblo.

Leamos ahora, en los versículos 7 al 14, cómo era la preparación del lugar:  “Después tomará los dos machos de cabrío, y los presentará delante de Jehová a la puerta del tabernáculo del testimonio. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos de cabrío; la una suerte por Jehová, y la otra suerte por Azazel. Y hará allegar Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y ofrecerálo en expiación. Mas el macho cabrío, sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová, para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. Y hará llegar Aarón el becerro que era suyo para expiación, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. Después tomará el incensario lleno de brasas de fuego, del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y meterálo del velo adentro: Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá la cubierta que está sobre el testimonio, y no morirá. Tomará luego de la sangre del becerro, y rociará con su dedo hacia la cubierta al lado oriental: hacia la cubierta esparcirá siete veces de aquella sangre con su dedo”.

Aquí sería bueno observar que los 2 machos cabríos constituían una ofrenda. Cada uno presentaba un aspecto diferente del perdón del pecado. Uno era ofrecido como una ofrenda por el pecado, El otro era llevado al desierto.

El macho cabrío llevado al desierto era llamado la víctima propiciatoria. La palabra hebrea era lo-azazel. Ha habido algo de confusión sobre su significado. La palabra se aplica principalmente al macho cabrío y a su destino en el desierto. El punto de vista de la Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento, Lutero, Kellogg y Andrew Bonar, es que significa una remoción total y absoluta. Endersheim le da el significado de: "irse totalmente". Era definitivamente una parte de la ofrenda por el pecado. Una suerte caía sobre el macho cabrío para ser enviado fuera y la otra sobre el macho cabrío que sería ofrecido en sacrificio.

Antes de que se les hiciese nada a los machos cabríos, Aarón tenía que entrar en el Lugar Santísimo con la sangre del becerro ofrecido por sí mismo y por su familia. Así que no sería exacto afirmar que al sumo sacerdote entraba solo una vez. Entraba solamente un día al año, pero en ese día entraba 2 veces.

El altar de bronce se encontraba en el patio exterior. El becerro para su ofrenda por el pecado sería sacrificado como cualquier otra ofrenda por el pecado. Y algo nuevo era agregado a la conclusión de la ofrenda. En su camino hacia el Lugar Santísimo, al pasar por la pila de agua, estoy seguro de que se lavaba sus manos y pies. Luego, en el lugar Santísimo, tomaría un incensario lleno de carbones encendidos del altar de oro del incienso y, con sus manos llenas de incienso, lo colocaría sobre los carbones del incensario. Cuando cruzaba el velo o cortina para pasar al lugar Santísimo, la nube de humo llenaría ese Lugar Santísimo. El arca y la tapa del arca (o propiciatorio) estaban en el Lugar Santísimo. El tomaría la sangre del becerro que había traído en un recipiente, mojaría su dedo en ella y la rociaría ante la tapa del arca 7 veces. La sangre convirtió esa tapa del arca en un lugar propiciatorio. Las 7 veces denotan una expiación y un perdón completo.

Seguramente éste era un día imponente para el sumo sacerdote. Debía ejercer sus funciones precisa y meticulosamente en la presencia de Dios. La más leve desviación de las normas hubiera implicado la muerte. Probablemente ensayaba el ritual muchas veces antes de que se celebrara la ceremonia. Por lo que sabemos, ningún sumo sacerdote murió en el Lugar Santísimo, Los únicos, fueron Nadab y Abiú.

En la cruz Cristo fue hecho pecado por nosotros. La cruz equivalía al altar de bronce de la tienda de reunión. Después, como nuestro Gran Sumo Sacerdote, entró en los cielos y ofreció Su propia sangre por nuestros pecados. Ahora, el trono de Dios es para nosotros como la tapa del arca. Todo ello está claramente expuesto en la carta a los Hebreos 8 y 10. Mientras que Aarón se presentaba en aquel lugar con temor y temblor, a nosotros se nos invita a acercarnos a la presencia de Dios con confianza, de acuerdo con Hebreos 4:16. Allí donde Aarón no se hubiera atrevido a demorarse, presentándose solo una vez al año, a nosotros se nos anima a ir constantemente. Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, llevó Su propia sangre y el incienso de Su propia intercesión hasta el cielo, y allí se encuentra esperando por nosotros hoy.

Después de que Aarón entrase en aquel lugar por sí mismo y su familia, debía entrar en el Lugar Santísimo a favor del pueblo.

Continuemos leyendo los versículos 15 al 19:"Después degollará en expiación el macho cabrío, que era del pueblo, y meterá la sangre de él del velo adentro; y hará de su sangre como hizo de la sangre del becerro, y esparcirá sobre la cubierta y delante de la cubierta: Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel, y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias. Y ningún hombre estará en el tabernáculo del testimonio cuando él entrare a hacer la reconciliación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la reconciliación por sí, y por su casa, y por toda la congregación de Israel. Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará; y tomará de la sangre del becerro, y de la sangre del macho cabrío, y pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel”.

Ahora el sumo sacerdote entraba no solo por sí mismo y su familia, sino también por los israelitas. Esto era hecho por sus impurezas, rebeliones y pecados. Se seguía el mismo ritual al sacrificar el macho cabrío, que el que se había seguido para sacrificar el becerro a favor de Aarón. Entraba, como antes, en el Lugar Santísimo, pero ahora la expiación cubría el mismo Lugar Santo, a causa de la contaminación de Israel. Incluso al propio altar de bronce debía aplicarse la sangre, porque allí era donde los pecados de Israel eran confesados y perdonados; estaba contaminado debido a los pecados del pueblo.

Todo esto sirve para recordarnos a Aquel que murió en la cruz por nosotros. No es la cruz lo importante, sino Aquel que murió en la cruz. Dice el apóstol Pedro en su primera carta 1:18 y 19:“Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con la sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo”.

Estos detalles revelaron la insuficiencia del ritual de la sangre de los toros y machos cabríos. Dice la carta a los Hebreos 9:23:“Por tanto, fue necesario que las representaciones de las cosas en los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos”. Yo creo que en el cielo Jesucristo ofreció literalmente Su sangre; que la llevó al Lugar Santísimo, que había sido el modelo para el Lugar Santísimo de la tienda de reunión. Sé que a alguna gente le molesta que se hable de la sangre y creen que esa interpretación literal es muy cruda. Pero observemos que el apóstol Pedro la llamaba:"la sangre preciosa de Cristo". Creo que esa sangre estará en el trono de Dios para recordarnos por todos los siglos de la eternidad que nuestra salvación fue comprada a un precio tan alto. Cristo derramó Su sangre en la cruz y después la presentó por tus pecados y los míos. Hemos sido, pues, redimidos, comprados y liberados, a un precio elevadísimo.

Leamos ahora los versículos 20 al 22, que nos hablan sobre la preparación del pueblo"Y cuando hubiere acabado de expiar el santuario, y el tabernáculo del testimonio, y el altar, hará llegar el macho cabrío vivo: Y pondrá Aarón ambas manos suyas sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada: y dejará ir el macho cabrío por el desierto".

En ese día el gran sumo sacerdote actuaba solo. Aarón había rociado la sangre del "macho cabrío del Señor" sobre la tapa del arca y entonces colocaba sus manos ensangrentadas sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesaba los pecados de los israelitas.Debe haber sido aquella una sórdida lista de pecados, pero el recorrió toda la lista. La imposición de manos denotaba el hecho que ese macho cabrío estaba en ese momento identificado con los pecados de los israelitas.

En el profeta Isaías 53:6, se ha dicho de Cristo:“El Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros”. Y en 2 Corintios 5:21, se dice que por causa nuestra le hizo pecado. Como luego diría Ambrosio:"El ladrón (crucificado) supo que aquellas heridas en el cuerpo de Cristo no eran de Cristo, sino las del mismo ladrón". Después Aarón puso al macho cabrío vivo en manos de un hombre que no tenía ningún interés personal en ello, y los israelitas se encontraban en grupos situados espaciosamente a lo largo del camino que recorrería el macho cabrío. En cierto momento, el macho cabrío desaparecía finalmente al internarse en el desierto y nunca más sería hallado. Entonces las noticias de la partida del macho cabrío se propagaban de un grupo a otro de tal manera que en unos pocos minutos la noticia llegaba al templo.

Así como aquella noticia iba pasando de grupo en grupo, las buenas noticias de que Cristo ha perdonado nuestros pecados han sido transmitidas sucesivamente por Mateo, Marcos, Lucas, Juan al Apóstol Pablo, luego a los cristianos de los primeros años y, finalmente a mí y a ti. Cristo ha removido nuestros pecados de una forma perfecta y completa. En relación con esta verdad, el macho cabrío vivo y desaparecido ilustra varios pasajes de la Biblia: Salmo 103:12,“Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones”; Isaías 38:17,” He aquí, por mi bienestar tuve gran amargura; eres tú quien ha guardado mi alma del abismo de la nada, porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados”; En Isaías 44:22, es Dios quien habla y dice:“He disipado como una densa nube tus transgresiones, y como espesa niebla tus pecados”; Jeremías 50:20,"En aquellos días y en aquel tiempo, declara el Señor, se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente."Y Jeremías 31:34,“Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce al Señor", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, declara el Señor, pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado”.

¿Y qué significa el Gran Día del Perdón para el cristiano? Pues, también para nosotros es un día santo. Cuando el sumo sacerdote se encontraba con sus manos ensangrentadas sobre la cabeza del macho cabrío, pienso en mi Señor en la cruz. Recordemos que Juan el Bautista le señaló con estas palabras, según Juan 1:29,“He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Y, finalmente, otro pasaje apropiado es el de 1 Juan 1:7,“más si vivimos en la luz, como Dios está en la luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado. La fe transfiere nuestros pecados; Dios en Cristo los remueve; y también los olvida"

Leamos ahora los versículos 23 y 24:"Después vendrá Aarón al tabernáculo del testimonio, y se desnudará las vestimentas de lino, que había vestido para entrar en el santuario, y pondrálas allí. Lavará luego su carne con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la reconciliación por sí y por el pueblo”.

El ritual del Gran Día del Perdón se había completado. Sin caer en la irreverencia, me permito afirmar que todo lo que le quedaba a Aarón por hacer, era la limpieza. Este detalle no tiene un equivalente en Cristo. Cuando Su obra finalizó, Él no tuvo que limpiarse de absolutamente nada, pues Él es en Su naturaleza Divina % santo. No así Aarón, el cual si lo tenía que hacer, pues si no lo realizaba, no se atrevería a entrar en el lugar santo por otro año. Pero nuestro Señor se ha sentado en el trono de la majestad en los cielos, y en Él no hay ninguna mancha de pecado, aunque en la cruz Él haya llevado todos nuestros pecados.

El versículo 25 dice que la grasa del sacrificio por el pecado era tratada como un holocausto, pues se quemaba en el altar. Esto confirma lo anteriormente expuesto, Cristo está libre de cualquier implicación de pecado, aunque El haya sido hecho pecado por nosotros, por eso es que hoy puede recibir toda gloria y adoración.

Continuemos leyendo los versículos 26 al 28:"Y el que hubiere llevado el macho cabrío á Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su carne, y después entrará en el real. Y sacará fuera del real el becerro del pecado, y el macho cabrío de la culpa, la sangre de los cuales fue metida para hacer la expiación en el santuario; y quemarán en el fuego sus pellejos, y sus carnes, y su estiércol. Y el que los quemare, lavará sus vestidos, lavará también su carne con agua, y después entrará en el real”.

El hombre que había llevado el macho cabrío al desierto había quedado contaminado por el contacto con el animal vivo y debía lavar su cuerpo y sus ropas. Los cadáveres del becerro y del macho cabrío sacrificados eran llevados fuera del campamento y quemados, y las personas que realizaban ese trabajo tenían también que lavar sus cuerpos y sus ropas. Dios estaba inculcando en aquella gente la realidad de que eran pecadores, pecadores perdidos. Les estaba mostrando que Él era perfectamente santo y que el pecado separa de Dios. La aplicación actual nos señala que nosotros estábamos separados de Dios por causa del pecado, pero Cristo murió por nosotros. Él es el que quitó nuestros pecados cuando entró en el Lugar Santo del cielo con Su propia sangre.

Continuemos con los últimos detalles leyendo los versículos 29 al 34:"Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros: Porque en este día se os reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas, por estatuto perpetuo. Y hará la reconciliación el sacerdote que fuere ungido, y cuya mano hubiere sido llena para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestimentas de lino, las vestiduras sagradas: Y expiará el santuario santo, y el tabernáculo del testimonio; expiará también el altar, y á los sacerdotes, y a todo el pueblo de la congregación. Y esto tendréis por estatuto perpetuo, para expiar a los hijos de Israel de todos sus pecados una vez en el año. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó”.

El Día del Perdón era el único día de duelo y ayuno que Dios le dio a Su pueblo. Era un día no apropiado para que las personas al saludarse se deseasen un feliz día, pues ésta no era la forma de celebrarlo. Era un día para afligir el alma a causa del pecado. Esta era la base para el ayuno en el Antiguo Testamento. Este día sería guardado hasta que llegase el sacrificio permanente y eterno por el pecado, lo cual se cumplió por Cristo en Su muerte. Esta realidad inspiró al poeta Enrique Turrall para escribir esta alabanza:

Levantado fue Jesús
En la vergonzosa cruz
Para darme la salud
¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo!
 
Yo, culpable pecador
Él, el justo Salvador
Dio su vida en mi favor
¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo!
 
Por mis culpas yo me vi
En peligro de morir
Más Jesús murió por mí
¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo!
 
El rescate Dios pagó
"Consumado es", declaró
Dios por eso me aceptó
¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo!

Alabanza CECNA 2017

 

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Introducción

Cuando estudio "David y Goliat", me siento como un niño que se enfrenta a la difícil tarea de armar un rompecabezas de mil piezas, rompecabezas que muchos otros niños creen que es fácil armar, tan solo porque conocen la figura de uno o dos personajes de dicho rompecabezas, o porque han escuchado, como otros dicen que lo han armado y entonces creen que es algo que todos conocen como hacerlo.

 

El problema con la historia de "David y Goliat", y otras como "Daniel en el foso del león" y "Jonás y el gran pez", es que nos familiarizamos demasiado con ellos. No quiero decir que conozcamos estas historias demasiado bien, porque la mayoría de las veces no lo hacemos. Pero creemos que los conocemos bien y, en consecuencia, tenemos una larga lista de ideas preconcebidas. A medida que avancemos en nuestro largo estudio de este capítulo, vamos a analizarlo lo mejor que podamos, y con la ayuda del Espíritu, colocaremos esas ideas preconcebidas en el baúl de lo olvidado y comprenderemos este capítulo de una forma más apegada a la realidad.

 

Observación Preliminar

Sólo una fracción de los 58 versículos del capítulo 17 describe realmente la lucha entre David y Goliat. Si concedemos que los versículos 40-51 tratan la batalla entre David y el gigante filisteo, entonces debemos darnos cuenta de que casi el 80% del capítulo nos prepara para este conflicto, o sigue a la victoria sobre Goliat, mientras que sólo el 20% en realidad narra la confrontación entre los dos. Al centrarnos sólo en "David y Goliat", descuidamos la mayor parte del pasaje y su énfasis.

 

El panorama

Veamos el capítulo 17, a continuación, a la luz del panorama más amplio de las Escrituras del Antiguo Testamento hasta este punto de la historia de Israel –Génesis a 1 Samuel 16—uf, cuando se ve aisladamente, la historia de David y Goliat se ve muy diferente de cuando se observa en la perspectiva más amplia de las Escrituras anteriores.

Comenzaremos en Génesis 12:3 en lo que algunos llaman el: "Pacto Abrahámico". Allí, Dios le dice a Abram:

“Y bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

 

De acuerdo a este pacto, por las maldiciones proferidas por Goliat hacia el pueblo de Israel, bíblicamente hablando, una nube oscura ya colgaba sobre la cabeza de este filisteo blasfemo, pues nuestro Dios, siempre sostiene sus palabras, y una maldición divina había sido dictada en contra de Goliat. Este hecho, cambia completamente la perspectiva del pasaje que estamos estudiando, pues si a toda la nación hebrea se le olvido, a David no, él estaba confiado en la Palabra de Dios y por lo que respecta a David, Goliat ya era un hombre vencido, sin importar su estatura o talento militar.

 

 

Por otro lado, recordando el Libro de Números, particularmente los capítulos 13 y 14, que describen el momento donde Israel está a punto de poseer la tierra prometida, son enviados espías a ella, con el objetivo de reconocer la tierra y ver cuanta abundancia existía en ella, pero diez espías cometieron el grave pecado de observar lo que no tenían que ver, pusieron su vista en el tamaño de sus habitantes, y de esta manera ante el temor a esos hombres, llevaron al pueblo a rebelarse contra Dios en Cades-barnea.

 

Lo que causa que los israelitas teman es el tamaño (y por lo tanto la fuerza militar) de los "gigantes" que viven en la tierra de Canaán. "No podemos subir contra los cananeos", protestan, "¡hay gigantes allí!" Debido a su miedo y a su negativa a confiar en Dios para la victoria, esta generación de israelitas muere en el desierto. Cuando sus hijos –la segunda generación de israelitas—, están listos para poseer la tierra, Dios les da instrucciones muy claras con respecto a su respuesta a los enemigos a los que se enfrentarán al poseer la tierra:

"Mira, Jehová tu Dios ha dado delante de ti la tierra: sube y posee la, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes" (Deuteronomio 1:21).

 

“Pondrá Jehová a tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de ti –sean derrotados delante de vosotros—: por un camino saldrán a ti, por siete caminos huirán delante de ti.; Vendrán contra vosotros un camino y huirán delante de vosotros siete caminos" (Deuteronomio 28: 7).

 

“Y Moisés fue y habló estas palabras a todo Israel. Y les dijo: Hoy tengo ciento veinte años; Ya no puedo ir y venir, y el SEÑOR me ha dicho: No pasarás este Jordán. "Jehová tu Dios, que pasará delante de ti, Él destruirá estas naciones delante de ti, y las despojarás. Josué es el que cruzará delante de ti, tal como Jehová ha hablado. Y Jehová les hará como a Sihón y Og, los reyes de los amorreos, ya su tierra, cuando los destruyó. Y Jehová los entregará delante de vosotros, y haréis conforme a todos los mandamientos que yo os he mandado. "Sed fuertes y valientes, no temáis ni temblad de ellos, porque Jehová vuestro Dios es el que va con vosotros. Entonces Moisés llamó a Josué y le dijo a los ojos de todo Israel: "Fuerte y valiente, porque tú irás con este pueblo a la tierra que el SEÑOR ha jurado a sus hijos Y los darás como herencia. "Y Jehová es el que va delante de vosotros; El estará contigo. Él no te fallará ni te abandonará. No temáis, ni os desmayéis"(Deuteronomio 31: 1-8, NVI).

 

La Biblia registra la derrota de los enemigos de Israel, no debido al tamaño de Israel ni a su fuerza militar, sino porque Dios estaba con ellos en la batalla. En el Libro de los Jueces, leemos de los hombres que Dios levanta para librar a Su pueblo de sus enemigos. En algunos casos, un individuo (como Sansón, ver capítulos 13-16), mata a muchos de los enemigos de Israel, mientras que en otros casos un pequeño grupo de hombres (como Gedeón y sus 300 hombres, ver capítulos 6-8) derrota a una oposición mucho más grande fuerza.

 

Cuando llegamos a 1 Samuel, encontramos mucha enseñanza, como preparación para el combate de David con Goliat, en los primeros 16 capítulos. Escuche las palabras de Hannah registradas en el capítulo 2:

“No multipliquéis hablando grandezas, altanerías; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones. Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los flacos se ciñeron de fortaleza”. “El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su fuerza. Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos: Jehová juzgará los términos de la tierra, Y dará fortaleza a su Rey, Y ensalzará el cuerno de su Mesías". (1 Samuel 2: 3-4, 9-10).

 

En el capítulo 4, llegamos a la primera batalla con los filisteos. Cuando los israelitas sufren la derrota a manos de los filisteos, llevan el Arca de Dios con ellos a la guerra, pensando que mágicamente les traerá la victoria. Los hijos de Israel son derrotados, y los hijos de Eli Ophni y Phinees, mueren en el campo de batalla y Eli mismo muere cuando se entera de este desastre. Los filisteos se llevan con orgullo el Arca fuera como un trofeo de guerra, como símbolo de su “victoria sobre Israel y su Dios”. Pero sin ayuda humana, Dios humilla a Dagón, el dios de los filisteos, y a los habitantes de las principales ciudades filisteas (capítulos 5- 6).

 

En el capítulo 7, los israelitas se arrepienten de sus pecados y van a Mizpa para ser juzgados por Samuel y adorar a Dios. Cuando los filisteos oyen esta reunión, ellos asumen que es una maniobra militar hostil, así que reúnen sus fuerzas y rodean el lugar alto donde los israelitas están reunidos. Los israelitas están indefensos, pero Samuel intercede por ellos, y cuando él ofrece un sacrificio, Dios interviene con una tormenta eléctrica que convierte las armas de hierro de los filisteos en conductores eléctricos y devasta su ejército.

 

En el capítulo 8, los israelitas exigen un rey para juzgarlos y gobernar sobre ellos. Una buena parte de su motivación es querer a alguien que los juzgue y vaya delante de ellos y pelee sus batallas por ellos. Saúl es escogido, un hombre que se alza sobre sus hermanos israelitas (9:2). Este es el hombre que librará al pueblo de Dios de los filisteos:

“Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará mi pueblo de mano de los Filisteos: pues yo he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí" (1 Samuel 9: 15-16).

 

La primera batalla de Saúl con los filisteos viene después de su victoria decisiva sobre los amonitas que sitiaron Jabes de Galaad. (Capítulo 11). La confrontación no es iniciada por Saúl, sino por su hijo Jonatán, que ataca a una guarnición filistea estacionada en Israel (13: 1-4). Saúl se asusta por el tamaño del ejército filisteo y porque su ejército está sumamente atemorizado. Y su temor lo lleva a desobedecer el mandamiento de Dios, él mismo ofrece el holocausto en lugar de esperar a Samuel (13: 8-14). Este es el principio del fin para el primer rey de Israel.

 

La situación entre los soldados de Israel y el ejército filisteo llega a una especie de estancamiento. Saúl parece preferirlo de esta manera en lugar de arriesgarse a cualquier acción ofensiva agresiva. Jonathan hace un movimiento muy parecido a David. Sin decirle a nadie (especialmente a su padre), Jonatán toma su paje de armas y ataca un puesto avanzado de filisteos con estas palabras, que reflejan su carácter y la calidad de su fe:

Dijo pues Jonathán á su criado que le traía las armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos: quizá hará Jehová por nosotros; que no es difícil á Jehová salvar con multitud o con poco número" (1 Samuel 14: 6).

 

Cuando vemos la confrontación entre los israelitas y los filisteos y la confrontación entre David y Goliat a la luz de la revelación bíblica anterior, adquirimos una perspectiva muy diferente.

 

  • Primero, ante los desaciertos y el temor de Saúl, vemos, que Israel simplemente carece de un liderazgo firme y piadoso.

  • El temor del ejército hacia los filisteos y a Goliat, no solo es falta de fe, sino también es consecuencia de la desobediencia a los mandamientos que Dios les ha dado.

  • A la luz de los acontecimientos históricos, no deberían de estar temiendo, sino más bien expresando: “solo es un hombre gigante, nuestro Dios es más grande y más fuerte que él, si derrotó a los Egipcios también lo hará con este hombre”

  • Jamás debieron dejar que los filisteos establecieran la estrategia de la batalla, ellos debieron de buscar a Dios, para que Él les diera la estrategia a seguir.

  • Si Jonatán ya le había dado el ejemplo a seguir en la lucha, ellos debieron de imitarlo y no permanecer estancados, temblando de miedo.

  • Hermano lector, entendamos, Dios no está limitado por el número de guerreros que luchan en Su nombre, no es el tamaño de Goliat o la arrogancia de sus palabras lo que debió desanimarlos, lo que los limitó fue la incredulidad y el temor del pueblo de Dios. Esa situación no era nueva, las probabilidades no son peores aquí que en cualquier otro lugar, Israel simplemente carece de fe en Dios y en sus promesas.

El Entorno

“Y los Filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y congregáronse en Sochô, que es de Judá, y asentaron el campo entre Sochô y Azeca, en Ephes-dammim. Y también Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y asentaron el campo en el valle del Alcornoque, y ordenaron la batalla contra los Filisteos. Y los Filisteos estaban sobre el un monte de la una parte, e Israel estaba sobre el otro monte de la otra parte, y el valle entre ellos” (17: 1-3).

 

Saúl nunca tomar la iniciativa de llevar a cabo una confrontación militar con los filisteos, y esto no era casualidad, después de su derrota y humillación anterior; por otro lado, los filisteos parecen ansiosos, no sólo por recuperar el dominio militar que antes tenían sobre Israel (véase 4: 9), sino también por su orgullo. Los dos ejércitos se encuentran a unos 15 kilómetros al suroeste de Jerusalén, en lados opuestos del valle, y estableciendo campamento a los lados de dos montañas, cada una de las cuales desciende hasta el valle con un arroyo que corre entre ellas (vea 17:40).

 

Podemos muy bien preguntarnos por qué esta disputa continúa por tanto tiempo, con ambas partes fingiendo una pelea con gritos fuertes y todo el aturdimiento de la guerra, pero sin contacto real y sin víctimas. Saúl y su ejército no quieren pelear, y tampoco los filisteos. Es más fácil comprender la renuencia de los filisteos. Emplean acero y bronce en sus instrumentos de guerra. Ellos tienen carros, por ejemplo (véase 13: 5), pero estos están diseñados para una tierra relativamente nivelada, no a las laderas de las montañas –estos no son vehículos todo terreno—. Tampoco es fácil para un soldado fuertemente protegido como Goliat luchar con Agilidad y facilidad mientras lucha por mantenerse en pie en una ladera de montaña. El peligro de combatir en un terreno tan accidentado se afirma claramente más adelante en 2 Samuel. Cuando las fuerzas leales a David salen a pelear contra Absalón y su ejército.

 

Incluso si los filisteos sobrepasan y superan a los israelitas en sus armas, el terreno es tal que dificulta en gran medida la causa de los filisteos, algo así como el invierno puede haber obstaculizado los esfuerzos militares en Europa en el pasado. Ninguno de los dos lados parece querer una batalla a gran escala, por lo que el desafío de Goliat es algo tentador, si sólo puede encontrar a alguien dispuesto a pelear con él.

 

El Villano y el Héroe

(17: 4-16)

“Salió entonces un varón del campo de los Filisteos que se puso entre los dos campos, el cual se llamaba Goliat, de Gath, y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un almete de acero en su cabeza, e iba vestido con corazas de planchas: y era el peso de la coraza cinco mil siclos de metal: Y sobre sus piernas traía grebas de hierro, y escudo de acero a sus hombros. El asta de su lanza era como un enjullo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro: é iba su escudero delante de él. Y paróse, y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís a dar batalla? ¿No soy yo el Filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí: Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos: y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el Filisteo: Hoy yo he desafiado el campo de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del Filisteo, conturbáronse, y tuvieron gran miedo. Y David era hijo de aquel hombre Ephrateo de Beth-lehem de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de grande edad entre los hombres. Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido a seguir a Saúl en la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra, eran, Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Samma. Y David era el menor. Siguieron pues los tres mayores á Saúl. Empero David había ido y vuelto de con Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Beth-lehem. Venía pues aquel Filisteo por la mañana y a la tarde, y presentóse por cuarenta días”.

 

Goliat parece emerger después de un largo estancamiento entre los dos ejércitos. Cuando se presenta, lo hace como un "campeón". Por lo tanto, estoy inclinado a pensar que a medida que el enfrentamiento no se lleva a cabo, Goliat aprovecha esta oportunidad para acercarse a los israelitas, y aprovechar el desánimo de estos, para ponerse de manifiesto al aire libre, como un objetivo atractivo, para darle fin de una vez por todas, a la guerra que todavía no se efectúa.

 

Goliat parece hablar por todo el ejército filisteo cuando propone una solución al estancamiento entre los dos ejércitos. Es una solución que le dará un gran placer –parece que ama una buena pelea, y el hecho de que está vivo, da testimonio de que no ha perdido una sola—, y los filisteos, toman como buena esta estrategia, pues piensan que les da una ventaja real, pues su gigante, nunca ha perdido una batalla y no dudan que el ejército victorioso será el suyo.

 

Durante un período de cuarenta días, los israelitas parecen cada vez más temerosos y reacios a para pelear contra Goliat. Cada día, Goliat parece ser cada vez más audaz. Dos veces al día (por la mañana y por la tarde) Goliat se acerca a las líneas frontales israelitas y desafía a cualquier guerrero israelita, que tenga el coraje de salir y luchar contra él. Puedo imaginar que a medida que los días se ponen, Goliat se vuelve más arrogante, acercándose aún más a ellos, y los israelitas huyendo cuando lo hace (ver 17:24). Su oferta es en primer lugar un desafío y luego parece convertirse en una burla. Él está tratando de incitar a los israelitas a la acción, pero mofándose por su temor.

 

Este es un desafío fácil para Goliat. Después de todo, este tipo es un gigante. Él es "de seis codos y un palmo" de altura –casi 3 metros de altura— (versículo 4). Si su altura no es suficiente para aterrorizar a los israelitas, su armadura hace que un escalofrío suba por su espina dorsal. Goliat realmente envía un mensaje de horror, sólo por la forma en que está equipado. Lleva un casco de bronce y una capa de armadura que pesa alrededor de 56.7 kilogramos, y sus piernas también están protegidos por armaduras. Lleva una jabalina de bronce entre sus omoplatos y tiene una lanza lo suficientemente pesada como para que algunos de nosotros necesitáramos a un amigo para tomar un extremo sólo para ayudar a llevarlo. La cabeza de la lanza pesa alrededor de 6.8 kilogramos por algunas estimaciones, y otros sugieren aún más. Además de todo el equipo de protección que Goliat lleva, tiene un portador de armadura que va delante de él para sostener un escudo.

 

Los israelitas no toman el desafío de Goliat a la ligera, han valorado el riego, y junto con su rey, están aterrorizados por este gigante filisteo. Todos están tan asustados que nadie está dispuesto a aceptar el desafío. Nadie quiere enfrentarse a este gigante. Mañana y noche por cuarenta días, Goliat provoca a alguien para luchar contra él, y aterroriza a los que no lo hacen.

 

Goliat, el campeón filisteo, es descrito en los versículos 4-11 en términos de su elevada talla física y su impresionante armadura defensiva y ofensiva. David, el oponente de Goliat, se presenta en los versículos 12-15 por una descripción muy diferente. Aquí no se dice nada acerca de la estatura de David, su fuerza o sus armas. Se nos dice simplemente que él es el menor de los ocho hijos de Isaí, el efrateo de Belén de Judá. Se nos dice además que Jesse es un hombre muy viejo durante los años que Saúl reina (versículo 12). Se nos dice que los tres hermanos más adultos de David (los mismos tres nombrados en 16: 6-9) han entrado en guerra acompañando a Saúl, y que David se queda en casa para cuidar a las ovejas, a excepción de aquellas veces que se le necesita para servir como ministro de música de Saúl (véase 16: 14-23).

 

¿Por qué este énfasis "familiar" en la descripción de David cuando Goliat se describe en términos de sus impresionantes apariencias, armas y agresividad? Hay varias razones:

  • Primero, no es la apariencia de David lo que hace que Dios lo elija, sino su corazón, su carácter.

  • Segundo, para que David sea reconocido como aquel cuyo hijo será algún día el Mesías, él debe ser de la tribu de Judá (véase Génesis 49: 8-12), y debe ser un Belénimita (véase Miqueas 5: 2).

  • El ser el más joven de la familia explica por qué se le asigna el cuidado de las ovejas, y también por qué su anciano padre lo envía a entregar comida a sus hermanos y traer de vuelta un informe sobre su bienestar. También es otro ejemplo de cómo Dios a menudo invierte los caminos del hombre, Que aquí sería elegir el hijo mayor de Jesse, no el más joven.

 

David visita a sus hermanos en batalla

(17: 17-25)

“Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un epha de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo presto al campamento a tus hermanos. Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán, y cuida de ver si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos. Y Saúl y ellos y todos lo de Israel, estaban en el valle del Alcornoque, peleando con los Filisteos. Levantóse pues David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, fuese con su carga, como Isaí le había mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército, el cual había salido en ordenanza, y tocaba alarma para la pelea. Porque así los Israelitas como los Filisteos estaban en ordenanza, escuadrón contra escuadrón. Y David dejó de sobre sí la carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al escuadrón; y llegado que hubo, preguntaba por sus hermanos, si estaban buenos. Y estando él hablando con ellos, he aquí aquel varón que se ponía en medio de los dos campos, que se llamaba Goliath, el Filisteo de Gath, salió de los escuadrones de los Filisteos, y habló las mismas palabras; las cuales oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre, huían de su presencia, y tenían gran temor. Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y hará franca la casa de su padre en Israel”.

 

En los versículos 4-30, hay un contraste muy claro entre la forma en que Goliat viene a pelear con David y la forma en que David se encuentra enfrentando a Goliat. El papel prominente de Goliat es predecible, incluso esperado. Es un soldado experimentado, un luchador arrogante –incluso valiente—, un campeón cuyo papel es luchar en ese territorio, entre los dos ejércitos adversarios. David entra en esta lucha de una manera muy diferente. Nunca lo esperábamos, y probablemente David tampoco lo haría. Ni siquiera está en el ejército. Sus tres hermanos mayores son soldados, pero luego hay otros cuatro hermanos mayores que David que tampoco están peleando. David es el más joven de los ocho hijos. Su trabajo es tocar el arpa de Saúl y cuidar las ovejas de su padre. ¿Quién podría imaginar que acabaría aceptando el desafío de Goliat?

 

La llegada de David a la escena del conflicto no es el resultado de su propia iniciativa. Él está más que ocupado cuidando a Saúl y a las ovejas de su padre (versículo 15). Los tres hermanos más grandes de David están peleando contra los filisteos a unos cuantos kilómetros al oeste, y aparentemente ha pasado algún tiempo desde que Jesse ha recibido algún reporte sobre el bienestar de estos tres hombres. Debido a su edad avanzada, Jesse no puede recorrer la distancia, por lo que convoca a David y le ordena ir al campamento del ejército israelita. Ostensiblemente, su propósito para visitar es llevar algunos suministros a sus hermanos y su comandante (versos 17-18). Uno tiene la sensación, sin embargo, que lo que Jesse quiere más es un informe de primera mano sobre cómo van las cosas y escuchar la palabra de sus hijos.

 

Estoy seguro de que Jesse no quiere poner a su hijo menor en peligro. Creo que espera que David llegue mientras los soldados están en el campo, no en la línea de batalla. Él quiere que David entregue los suministros, hable directamente con sus hermanos, y luego se apresure a casa con la noticia sin involucrarse en la lucha. Pero simplemente no funcionara de esa manera, Dios ordena providencialmente los acontecimientos para que una serie de acontecimientos muy diferentes se manifiesten.

 

Después de ver que alguien se ocupará de su rebaño de ovejas, David sale temprano en la mañana, viajando hacia el oeste aproximadamente 19.31 kilómetros hasta el campamento israelita. Si hubiera llegado unos minutos antes, las cosas podrían haber sido muy diferentes. Habría encontrado a sus hermanos todavía en su campamento, donde simplemente podría haberles entregado los suministros que envió Jesse, pregunta por su bienestar y luego regresar a casa, antes de que sus tres hermanos fueran a la línea de batalla.

 

Pero David llega justo cuando los soldados israelitas están abandonando su campamento y se apresuran hacia la línea de batalla, dando un grito de batalla impresionante al unísono mientras se acercan, pero no aproximándose demasiado a los filisteos. David no tiene otra opción que dejar la comida de casa con alguien que se queda atrás con los suministros y seguir a sus hermanos a la primera línea. Allí, David encuentra a sus hermanos, y mientras habla con ellos, Goliat se adelanta a repetir su desafío (véase 1 Samuel 17:16). Goliat dice lo que siempre hace, pero esta es la primera vez que David lo escucha. David escucha el desafío de este gigante y sus maldiciones para Israel y su Dios. Él mira a los israelitas atemorizados –incluyendo a sus hermanos— retroceder.

 

Providencialmente, algunos de los soldados israelitas hablan a David, o por lo menos entre ellos a su oído. Las palabras que David escucha lo agarran completamente desprevenido, tanto que pide que el asunto sea repetido y confirmado varias veces por diferentes personas. Todos están de acuerdo en que el rey Saúl ha emitido un llamado para un voluntario para luchar contra Goliat y ha ofrecido una recompensa considerable al hombre que avanza y acepta el desafío. Saúl promete dar a esta persona una cantidad sustancial de riqueza, así como una de sus hijas por esposa. También promete eximir a la familia del padre del voluntario de los impuestos.

 

Admito que esto es especulación, pero no creo que esta triple oferta se haya hecho una sola vez. Creo que sucedió progresivamente. ¿Ha estado en una puerta del aeropuerto preparada para abordar un vuelo cuando el asistente anuncia que el vuelo está lleno? Al principio, la aerolínea puede ofrecer un bono de $ 1000 a cualquier dispuesto a renunciar a su asiento. Luego, si nadie accede, la aerolínea aumenta la oferta. Ahora la persona que entregue su boleto recibirá un bono de $ 2000. Y finalmente, si es necesario, la aerolínea ofrecerá un bono por $3000, boletos gratis de ida y vuelta a cualquier lugar, hospede y alimentos gratis.

 

Creo que esto es lo que Saúl hace. Saúl, al no estar dispuesto a pelear personalmente con Goliat, pide un voluntario para hacerlo. Nadie es voluntario. Luego ofrece una cantidad sustancial de dinero en efectivo (o tierra, o cualquier forma de la riqueza que pudiera tomar) a cualquier voluntario. Todavía no hay voluntarios. Unos días más tarde, Saúl lanza la oferta de una de sus hijas por esposa, pero todavía no hay voluntarios. Finalmente, Saúl agrega un beneficio adicional al paquete: eximirá a la familia de este hombre de impuestos. Ahora aquí hay un acuerdo que Saúl piensa que nadie puede negarse.

 

David cree que ante semejante oferta, nadie puede negarse. Cuando escucha lo que Saúl ha ofrecido, es tan increíble que pide a varias personas que confirmen lo que ha oído antes de creerlo. En mi mente, David no está totalmente motivado por los dones. En su lugar, está asombrado de que tal oferta haya sido hecha en absoluto, porque espera que cualquier verdadero soldado de Saúl salte a la oportunidad –el privilegio— de enfrentarse a Goliat. Después de todo, este hombre está maldiciendo al pueblo de Dios, y por lo tanto a Dios mismo. David está seguro de que Dios dará a quien combate a Goliat la victoria. Está convencido. ¡Y además del gran honor y privilegio de luchar contra Goliat, el rey está ofreciendo todos estos regalos! Es demasiado para comprender. David pregunta una y otra vez para asegurarse de que ha oído correctamente. ¿Por qué nadie acepta la oferta de Saúl para luchar?

 

El intercambio de David con Eliab

(17: 28-30)

“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. Y David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? Estas, ¿no son palabras? Y apartándose de él hacia otros, habló lo mismo; y respondiéronle los del pueblo como primero”.

 

La mayoría piensa que el milagro de este capítulo es la derrota de Goliat contra David. Si bien esto es un gran milagro, no olvidemos que muchos obstáculos deben ser tratados antes de que David pueda enfrentar a Goliat. La primera es las circunstancias de David. Es joven y ni siquiera forma parte del ejército de Saúl. Él es un pastor, cuidando el rebaño de su padre a varios kilómetros del lugar donde los dos ejércitos se enfrentan entre sí. Además de Goliat, David también debe superar a su hermano mayor, Eliab, y a Saúl. Primero debe obtener permiso oficial para enfrentar a Goliat en el campo de batalla. El primer obstáculo está en proceso de ser removido. David está ahora lidiando con el segundo obstáculo - su hermano mayor, Eliab - en los versículos 28-30.

 

Recordemos las palabras de Eliab a David aquí a la luz de lo que ya hemos aprendido sobre él en el capítulo 16. Eliab es el mayor de los ocho hijos de Isaí; David es el más joven. Eliab debe ser "alto, fornido y guapo", porque Samuel creía que él sería el que ungirá como próximo rey de Israel. Eliab es rechazado (junto con los otros seis hermanos mayores de David) porque Dios no escogerá al rey sobre la base de la apariencia exterior, sino sobre la base de tener un corazón según su propio corazón (13:14, 16:7). Eliab no tiene el "corazón" que David tiene. Además, Samuel ungió a David delante de sus hermanos (16:13), de modo que Eliab sabe acerca de la selección de Dios de David como rey.

 

Al final del capítulo 17, Eliab no aparece muy bien. Cuando escucha a David preguntando a algunos de sus compañeros soldados acerca de las recompensas que Saúl ha ofrecido al hombre que derrote a Goliat, Eliab se enoja mucho y procede a desahogar esa ira hacia David. Primero acusa a David de venir al campo de batalla por todas las razones equivocadas. Específicamente, acusa a David de querer ser un espectador en el campo de batalla para su propio entretenimiento, como ir a un circo. Eliab tampoco sabe que David ha venido en obediencia a las instrucciones de su padre, o mentalmente lo pone a un lado. Entonces ataca a David acusándolo de abandonar sus responsabilidades con respecto a su trabajo de cuidar las ovejas de su padre. Se acusa a David por abandonar el rebaño y añade sal a la herida mediante la adición de la palabra “pocas” –“pocas ovejas”— (verso 28), lo que sugiere que la tarea de David no sólo es considerada de baja categoría –teniendo cuidado de las ovejas—, sino aun trivial –sólo unas "Pocas ovejas"—. De hecho, David no ha descuidado a su rebaño, pues se aseguró que alguien cuidara de ellas en su ausencia (versículo 20). Lo peor de todo, Eliab se atreve a juzgar el corazón de su hermano menor, acusándolo de actuar con un corazón perverso.

 

Irónicamente, en todas las áreas que Eliab acusa a David, su hermano menor no sólo es inocente sino obediente y generoso. David viene al campo de batalla para traer comida a sus hermanos y llevar noticias a su padre. David no abandona a sus ovejas; se aseguró que alguien cuide de ellos mientras está ausente. David no es culpable de tener un corazón perverso; Él es elegido por Dios porque es "un hombre según el corazón de Dios". Y David no debe ser tratado con falta de respeto, ya que pronto será el rey de Israel –y esto incluye a Eliab—.

 

Analizar todas las acusaciones de Eliab es un tema principal: la juventud de David. David es acusado de venir a la escena de batalla por curiosidad infantil. Eso está mal. Es acusado de abandonar sus responsabilidades como un niño y también acusado de insolencia y maldad de corazón de que los niños son capaces. ¿Cómo se atreve David a plantear preguntas relacionadas con la petición de Saúl y el desafío de Goliat?

 

Si David se hubiera ido a casa en ese momento y le hubiera dado a su padre un informe completo y honesto sobre la guerra y la conducta de sus hermanos mayores, ¿qué le habría contado a Jesse? Él tendría que informar que absolutamente ningún progreso había sido hecho en derrotar a los filisteos, que Eliab, Abinadab y Shamma corrían como cobardes cuando Goliat se acercaba. Tendría que decirle a su padre que cuando él trajo el tema del voluntariado para luchar contra Goliat, fue severamente "amonestado" por su hermano mayor. ¿No es interesante que la arrogancia y las blasfemias de Goliat sean minimizadas por Eliab, mientras que David es falsamente acusado de maldad por hacer y hablar lo que es correcto?

 

David puede estar decepcionado y angustiado por las palabras crueles de condenación de su hermano mayor, pero no se detiene por ello. Responde a su hermano y desafía a Eliab a ser específico en cuanto a lo malo que ha hecho, hablando como lo ha hecho. Parece insistir en que el asunto del que habla no es inapropiado. ¿De qué más se debe hablar si se trata de enfrentar a Goliat y buscar la recompensa que ofrece Saúl? Así que David continúa lo que ha estado haciendo, preguntar a aquellos que lo rodean si su comprensión de la oferta de Saúl es correcta.

 

David y el Goliat de Israel (Saúl)

(17: 31-39)

“Y fueron oídas las palabras que David había dicho, las cuales como refiriesen delante de Saúl, él lo hizo venir. Y dijo David á Saúl: No desmaye ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará con este Filisteo. Y dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel Filisteo, para pelear con él; porque tú eres mozo, y él un hombre de guerra desde su juventud. Y David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor en las ovejas de su padre, y venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, Y salía yo tras él, y heríalo, y librábale de su boca: y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; pues este Filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Y añadió David: Jehová que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este Filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová sea contigo. Y Saúl vistió a David de sus ropas, y puso sobre su cabeza un almete de acero, y armóle de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había probado. Y dijo David á Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y echando de sí David aquellas cosas”.

 

Afortunadamente para Israel, David no está ni devastado ni disuadido por la sarcástica reprensión de Eliab. Eliab pudo haber ordenado a David que se fuera a casa, y si Saúl no hubiera recibido información sobre el interés de David, en su programa de incentivos para enfrentar a Goliat, hubiese tenido que obedecer a Eliab, sin embargo, Saúl convoca a David, cuyas primeras palabras a su rey son graciosas y alentadoras:

“No desmaye ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará con este Filisteo".

 

La implicación de las palabras de David, van más allá de Saúl, ciertamente se enfoca en Saúl que está aterrorizado por la impresionante presencia de Goliat, más las palabras de David, se enfocan en el verdadero asunto, Saúl y su ejército están temerosos por su falta de fe en Dios y por el desconocimiento de su Palabra.

 

David amablemente y de alguna manera indirectamente anima a Saúl a no temer. La razón por la que David puede decir esto es porque está dispuesto a ir a luchar contra Goliat. David está dispuesto a hacer lo que ni Saúl ni ningún otro soldado en Israel está dispuesto a hacer: pelear contra Goliat.

 

Antes de considerar la fe de David, reflexionemos sobre los temores de Saúl por un momento. Tengo que concluir que por naturaleza Saúl es menos que valiente. Su padre era un "valiente" (9: 1), pero esto nunca se dice de Saúl. Saúl es el que se esconde en el equipaje cuando se le indica que es el rey de Israel (10:22). Cuando el Espíritu viene sobre Saúl, se vuelve un hombre nuevo, con un corazón nuevo (10: 9). David parece ser un hombre según el corazón de Dios antes que el Espíritu venga sobre él. Cuando se enfrenta a la oposición filistea, Saúl es pasivo, no agresivo, aunque luchar contra los filisteos es una parte significativa de su llamado como rey (9:16). Sólo cuando el Espíritu viene sobre Saúl poderosamente parece que actúa decididamente contra sus enemigos (11: 6). Por naturaleza, Saúl es menos que valiente.

 

Habiendo dicho todo esto, debo admitir que siento compasión –o al menos piedad— por Saúl. En muchos sentidos, su negativa a luchar contra Goliat (individual o colectivamente) es completamente lógica. Después de todo, a Saúl se le ha dicho que su reino está acabado (13: 13-14; 15:23). Samuel lo abandona, para no volver a ver su rostro (15:35). Y el Espíritu de Dios se ha apartado de él, sustituido por un "Espíritu maligno" (16:14). Saúl, simplemente está acabado.

 

David es un hombre de valor y, en este punto, el único israelita en el campo de batalla con valor. ¿De dónde saca este coraje? Permítanme sugerir varias fuentes. Primero, el coraje de David surge de su teología –su entendimiento de Dios—. David es "un hombre según el corazón de Dios" (13:14; 16: 7). Una persona no puede ser un "hombre según el corazón de Dios ", a menos que conozca el corazón de Dios, y esto viene a través de una comprensión de Dios a través de Su Palabra (véase, por ejemplo, Salmo 119). David conoce a Dios, no sólo históricamente (la forma en que Dios ayudó a Israel en el pasado), y teológicamente, sino experimentalmente, como pronto indicará a Saúl.

 

David actúa como el rey de Israel debe actuar. Confía completamente en Dios, inspira a sus compañeros israelitas a hacer lo mismo y derrotar a los enemigos de Dios. Cuando David fue ungido como el rey que venía sobre Israel (capítulo 16), debió haber pasado mucho tiempo pensando en lo que significaba todo esto, como lo haría María siglos después (véase Lucas 2:19, 51 ). ¿Qué significa ser el rey de Israel? ¿Qué debó hacer como rey? Sin duda sus acciones el día en que se enfrenta a Goliat son el resultado de sus meditaciones. Este joven no es un soldado, y algunos dicen que es demasiado joven para pelear, pero David está providencialmente colocado en una circunstancia en la que debe confiar en Dios y obedecer su Palabra o acobardarse en incredulidad y desobediencia, como Saúl y el resto.

 

Saúl le da a David toda oportunidad de disculparse y volver a casa a su padre y a sus ovejas sin culpa ni vergüenza. Hay una cierta bondad en las palabras de Saúl a David, cuando este intenta convencerlo de luchar contra Goliat. Saúl no dice que David es demasiado pequeño para luchar contra Goliat, pero que es demasiado joven y por lo tanto inexperto. Goliath es un campeón experimentado con años de experiencia de combate detrás de él. David no es más que un joven, sin ninguna misión de combate. Al menos esto es lo que Saúl supone, pero David se muestra de otra manera, de manera tan convincente que Saúl le permite representar a Israel en la lucha contra Goliat.

 

David es joven, pero su deber aparentemente trivial de cuidar de un pequeño rebaño de ovejas lo ha preparado muy bien para luchar contra Goliat. David ve y oye lo que cada soldado israelita hace esa mañana en el frente con sus hermanos. La diferencia es que David considera esta circunstancia asombrosamente similar a las situaciones que ha enfrentado con éxito como un pastor. ¿Es Goliat fuerte y poderoso, capaz de destruir a un hombre? Así son los leones y los osos, y David los ha enfrentado y los ha matado. ¿Es Goliat una boca arrogante y ruidosa? Pocas criaturas son más intimidantes por su rugido que un oso o un león (ver 1 Pedro 5: 8). En el desempeño de sus funciones como pastor, David ha matado tanto a leones como a osos (versículos 34-36).

 

Como David arriesga su vida para rescatar a las ovejas bajo su cuidado, Dios lo rescata. ¿Está David preocupado por enfrentar a Goliat? No, porque el Dios que lo rescató de las garras del león y del oso lo rescatará de la mano de Goliat. Note que David habla de ser rescatado de la "garra" o "pata" del león y el oso, y no de las "mandíbulas". Esto es porque la bestia salvaje tenía un cordero en su boca y se negaba a liberarlo, por lo que tuvo que luchar contra David con sus patas y garras. Goliat no plantea ninguna amenaza nueva, y como David, con la ayuda de Dios, ha destruido a los leones y los osos, también puede destruir a los filisteos. Goliat habla –ruge— de una manera que asusta a las fuerzas israelitas, pero no asusta a David, él ha escuchado esos rugidos antes.

 

Creo que la fe de David en Dios es contagiosa, y que Saúl de alguna manera cree que hay una buena oportunidad de que David prevalecerá sobre Goliat. Saúl le da a David permiso para luchar contra Goliat y le ofrece su armadura. La armadura es una mala idea, que David rechaza, y este acto implica firmemente que David está luchando contra Goliat en lugar de Saúl, como el representante oficial del ejército israelita. Si este es el caso, entonces la victoria de David debe ser la victoria de Israel (lo que demuestra ser). Por otro lado, la derrota de David parecerá ser la derrota de Israel, al menos por los términos que Goliath establece (ver versículos 8-9). David no está peleando esta batalla solo. Él está luchando por Dios, por Saúl y por toda la nación de Israel.

 

No estoy inclinado a hablar mucho de la armadura de Saúl que ofrece a David. Solo expresaré dos cosas. Primero, podría parecer, al menos desde una distancia –y para aquellos no avispados—, que es Saúl quien sale a pelear contra Goliat. Después de todo, ¿quién más tiene armadura como la de Saúl? Segundo, también sugiere que David no era tan pequeño en tamaño, o la armadura ni siquiera encajaría. David se la pone y luego se la quita, no porque le quede demasiado grande, sino porque nunca ha aprendido a caminar con tal armadura. David irá contra Goliat con las mismas armas que él ha usado antes, con esas que Dios le ha dado la habilidad para usar.

 

David y Goliat

(17: 40-54)

“Tomó su cayado en su mano, y escogióse cinco piedras lisas del arroyo, y púsolas en el saco pastoril y en el zurrón que traía, y con su honda en su mano vase hacia el Filisteo. Y el Filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. Y como el Filisteo miró y vio a David túvole en poco; porque era mancebo, y rubio, y de hermoso parecer. Y dijo el Filisteo a David: ¿Soy yo perro para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el Filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo, y a las bestias del campo. Entonces dijo David al Filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y quitaré tu cabeza de ti: y daré hoy los cuerpos de los Filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra: y sabrá la tierra toda que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y lanza; porque de Jehová es la guerra, y él os entregará en nuestras manos. Y aconteció que, como el Filisteo se levantó para ir y llegarse contra David, David se dio priesa, y corrió al combate contra el Filisteo. Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, e hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro. Así venció David al Filisteo con honda y piedra; e hirió al Filisteo y matólo, sin tener David espada en su mano. Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron. Y levantándose los de Israel y de Judá, dieron grita, y siguieron a los Filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron heridos de los Filisteos por el camino de Saraim, hasta Gath y Ecrón. Tornando luego los hijos de Israel de seguir los Filisteos, despojaron su campamento. Y David tomó la cabeza del Filisteo, y trájola á Jerusalén, mas puso sus armas en su tienda.

 

La ironía de este incidente es que la armadura de David –o falta de ella— parece "desarmar" a Goliat. Aquí está un hombre cuyo ego parece tan grande o más grande que su marco. Es arrogante, orgulloso y blasfemo. Él desafía a los israelitas a enviarle su mejor guerrero, y el ganador lo toma todo. ¿Puede imaginar el choque de Goliat y su ego cuando David sale? Aquí hay un joven sin armadura defensiva y aparentemente sin armadura ofensiva. David lleva una honda, pero todavía no ha colocado una roca en ella, así que ciertamente no parece amenazante. Lo que Goliat ve es el palo que David lleva en su mano. Goliat parece llegar a la conclusión de que esta es la única arma de David. La gente lleva palos –incluso hoy— para evitar los perros que podrían acosarlos. ¿Es por eso que David trae su palo, Para tratar a Goliat como un perro? Goliat emite maldiciones por sus dioses (versículo 43). Él es de Gath; ¿Habrá oído Goliat alguna vez, cómo Dios trató a su "dios" Dagon?

 

¡Qué insulto para, Goliat enviar a un muchacho sin armadura ni armas de ataque! ¿Acaso no lo pueden tratar con más seriedad? ¿Piensan tan poco de su capacidad para enviarle a alguien así? Goliat es malvado y loco, y ciertamente tiene la intención de matar a David y alimentar con su cadáver a las aves del cielo y a las bestias del campo (versículo 44). Y aunque con sus amenazas busca intimidar a David, no lo logra. En todo caso, confirma la fe de David en Jehová de los ejércitos.

 

¿Acaso Goliat espera espantar a David amenazando con matarlo y alimentar con su cuerpo a los pájaros y las bestias? Simplemente le recuerda a David una promesa que hizo Dios con respecto a sus enemigos. Es por esta razón que David puede convertir la maldición de Goliat en bendición:

“Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y quitaré tu cabeza de ti: y daré hoy los cuerpos de los Filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra: y sabrá la tierra toda que hay Dios en Israel"(1 Samuel 17:46).

 

No es la carcasa de David que se convertirá en comida de aves ese día, sino la de Goliat. David hace muy claro que su lucha con Goliat no es meramente un asunto personal, David está luchando contra Goliat para la gloria de Dios, y en nombre de la nación de Israel. Su victoria debe ser una lección para todos que la "batalla es del Señor", así como la victoria (versículo 47).

 

Esto hace que Goliat se lance a la batalla. Pero David no espera a que Goliat lo capture. En su lugar, corre hacia el encuentro de Goliat, sacando una de las cinco piedras mientras corre, colocándola en su honda y luego balanceándola mientras se dirige hacia el gigante. ¿Puede imaginar a David en este punto tratando de correr con toda la armadura de Saúl, con la esperanza de dar un golpe letal a Goliat cuando ni siquiera puede levantar sobre sus hombros una espada? La honda es el arma perfecta. Goliat está cubierto detrás del escudo sostenido por su paje de armas. Está blindado de sus pies a cabeza, con una abertura sólo alrededor de sus ojos para que pueda ver. Esta es la parte expuesta de su cuerpo. Este es el objetivo de David, al que golpea en el centro. La piedra se hunde profundamente en el cráneo de Goliat, haciéndolo caer cuan largo es, como un árbol recién cortado. David se posa sobre Goliat, saca la espada de su cuerpo inmóvil, y le corta la cabeza con ella. Goliat es ahora un espléndido banquete para las fieras del campo y las aves del cielo.

 

Este debió de haber sido un momento angustiante para los filisteos, parecía que el tiempo en el mundo entero, estaba quieto y guardaba silencio. Los filisteos están paralizados, con las mentes corriendo para asimilar lo que acaba de suceder ante sus ojos, cuando comienzan a darse cuenta de sus implicaciones. Lo mismo debe ser cierto para los soldados israelitas. Y luego, después de este momento de parálisis, los filisteos se lanzan en fuga. Con la pérdida de su campeón, todo el coraje y la voluntad de luchar se han ido. Los soldados israelitas aprovechan el momento y siguen al enemigo en retirada. No hay mejor lugar para combatir a un enemigo que por detrás, donde no hay armadura que proteja y el peso de la misma dificulta su retirada. Armadura, espadas, cualquier cosa que retrasa la fuga del enemigo son dejadas a un lado. Los cuerpos de los filisteos muertos están esparcidos desde el lugar de batalla hasta las mismas puertas de sus ciudades. Y en su camino de regreso, los soldados israelitas están cargados del botín que saquean de los campos filisteos. David sólo lleva la cabeza del filisteo, junto con su arma, que pone temporalmente en su tienda.

 

Un pasaje problemático

(17: 55-58)

“Y cuando Saúl vio á David que salía a encontrarse con el Filisteo, dijo a Abner general del ejército: Abner, ¿de quién es hijo aquel mancebo? Y Abner respondió: Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta pues de quién es hijo aquel mancebo. Y cuando David volvía de matar al Filisteo, Abner lo tomó, y llevólo delante de Saúl, teniendo la cabeza del Filisteo en su mano. Y díjole Saúl: Mancebo, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Beth-lehem”.

 

Este pasaje plantea problemas a los eruditos bíblicos. Puede parecer que Saúl nunca había conocido a David, y por lo tanto no sabe quién es. Debemos comenzar señalando que la pregunta de Saúl no es: "¿Quién es este joven?", Sino: "¿Quién es el padre de este joven?" ¿Por qué supondremos que, debido a que Saúl conoce a David, también conoce a su padre? En el capítulo 16, mensajeros son enviados a Isaí para pedir que se permita a David que venga a la casa de Saúl para tocar el arpa por él (16:19). Esto no requiere que Saúl conozca el nombre del padre de David. Sus sirvientes pueden ocuparse de este detalle. También debemos recordar que Jesse es anciano e incapaz de viajar, razón por la cual David es enviado al campo de batalla para preguntar por el bienestar de sus hermanos (17:12, 17). Por lo tanto, Jesse y Saul probablemente nunca se reunieron.

 

En el capítulo 16, sabemos que David va a trabajar para Saúl (16: 14-23), y en el capítulo 17, se nos recuerda este hecho (17:15). En el capítulo 18, encontramos a David tocando su arpa para el perturbado Saúl, como lo hace en el capítulo 16 (18: 10-12). Así también en el capítulo 19 (19: 9-10). Debemos de dar por sentado, el hecho de que Saúl conoce a David, aunque no sabe (o al menos recuerde) el nombre de su padre. No es de extrañar que un rey no recuerde el nombre de uno de los padres de sus sirvientes, a tiempo parcial.

 

Hay algo en los versículos 55-58, sin embargo, que debe molestarnos, no es la memoria defectuosa de Saúl, sino su separación de la batalla. En el capítulo 14 Saúl estaba "debajo de un árbol de granada" (versículo 2), mientras Jonatán está de camino con su portador de la armadura para combatir a algunos de los filisteos. Es como si Saúl siempre encontrara el lugar más cómodo para estar, en lugar de ser el lugar más estratégico (que es donde Jonathan va). Ahora en el capítulo 17, David acaba de hablar con Saúl y va a pelear con Goliat. Saúl y su comandante en jefe vigilaban desde una posición lejana. Si alguien se preparase para la batalla, serían estos dos hombres. Saúl es el que tiene el deber de ir delante de los israelitas para la batalla; Abner, el comandante del ejército, es también el adecuado para liderar en la batalla. Sin embargo, estos dos hombres parecen mirar desde una distancia segura, mientras que David sale a arriesgar su vida.

 

Aquí están, Saúl y Abner, sentados a una distancia segura charlando sobre el nombre del padre de David. Abner le dice a Saúl que no lo sabe. Saúl le dice a Abner que lo compruebe. Y mientras tanto, David se dirige hacia Goliat. Casi puedo oír a Saúl dirigiéndose a Abner, diciendo: "Pasa las palomitas". Después de que David regresa de matar a Goliat, Abner lleva a David a Saúl con la cabeza de Goliat en sus manos. Entonces Saúl le pregunta a David cuál es el nombre de padre, y se le dice que el nombre de su padre es Isaí, el belemita. Esto es más extraño, ¿no? ¿Qué hay de la batalla? ¿Por qué Saúl y Abner no están en medio de ella? ¿Cómo encuentran el tiempo para hablar de cosas como el nombre del padre de David en un momento como éste? Saúl no es retratado en una luz muy favorable. Si alguien quiere ser perturbado, que reflexione sobre lo que Saúl y Abner estaban haciendo.

 

Conclusión:

Se nos dice lo que David pensaba en su corazón cuando Samuel lo ungió como el siguiente rey de Israel, el sustituto de Saúl. Puedo imaginar que debe haberse sentido como la Virgen María, cuando el ángel Gabriel le informó que ella debía ser la madre del Mesías prometido de Dios. Su respuesta fue, "¿Cómo puede ser esto, ya que soy virgen?" (Lucas 1:34). David, de igual modo, debió pensar: "¿Cómo puedo llegar a ser el rey de Israel cuando soy sólo un joven, ni siquiera lo suficientemente viejo como para estar en el ejército, y la única autoridad que tengo es sobre un pequeño rebaño de ovejas? Los últimos versículos del capítulo 16 empiezan a decirnos cómo Dios realizará Su voluntad para David. El capítulo 17 es otra parte muy importante del plan para hacer que David sea rey. Es maravilloso ver cómo Dios cumple Su Palabra. Y lo que Dios promete, Dios provee. Su Palabra es segura.

 

Estamos inclinados a considerar la contienda entre David y Goliat como algo único, algo muy inusual. No lo es. Dios dio instrucciones específicas sobre tales confrontaciones:

"Cuando salgas a pelear contra tus enemigos, y veas caballos, carros y gente más numerosa que tú, no tengas miedo de ellos; Porque Jehová vuestro Dios, que os sacó de la tierra de Egipto, está con vosotros. Y acontecerá que cuando os acercáis a la batalla, el sacerdote se acercará y hablará al pueblo. Y les dirá: Oíd, Israel, hoy os acercáis a la batalla contra vuestros enemigos. No seas tullido. No tengas miedo, ni tengas miedo, ni temblad delante de ellos, porque el SEÑOR tu Dios es el que va contigo, para pelear por ti contra tus enemigos, para salvarte" (Deuteronomio 20: 1-4).

 

Sólo unos cuantos versículos más tarde, Dios instruye a los israelitas para que identifiquen a cualquier persona que sea tímida para que no mine la fe y la confianza de sus hermanos (versículo 8). La situación que enfrentan Saúl e Israel con los filisteos no es inusual. El problema es el miedo de Saúl y su falta de fe, que se vuelve contagiosa.

 

¿No es interesante que cuando Saúl conduce, sus tropas huyan? (vea 1 Samuel 13: 5-7). Los soldados de Saúl están asustados porque Saúl está aterrorizado (17:11, 24). David, un pastor humilde que es demasiado joven para ser un soldado en el ejército de Saúl, viene y debido a su fe y coraje, inspira a otros a confiar en Dios para trabajar a través de él para matar a Goliat y dar a Israel la victoria. Observe la larga lista de héroes entre los soldados de Israel en 2 Samuel 23, después de que David se convirtiera en rey de Israel. Hay muchos hombres valientes bajo el liderazgo de David, en gran medida debido a la fe y al coraje que David demuestra personalmente. Estoy fascinado al saber que aparecen otros gigantes después de que Goliat es aniquilado, y que los hombres de David (como David) también surgen para de igual manera derrotar a esos gigantes:

“Y aconteció después de esto que hubo otra guerra con los filisteos en Gob; Sibecai, el husatita, hirió a Saph, que estaba entre los descendientes del gigante. Y hubo guerra contra los filisteos en Gob, y Elhanán, hijo de Jaare-oregim, de Belén, mató a Goliat, el gittita, cuya hacha era como la viga de un tejedor. Y había otra guerra en Gath, donde había un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en número; Y también había nacido gigante. Cuando desafió a Israel, Jonatán, hijo de Simei, hermano de David, lo hirió. Estos cuatro nacieron al gigante en Gath, y cayeron por mano de David y por mano de sus siervos” (2 Samuel 21: 18-22 LBLA).

 

Esta cuestión de matar gigantes parece ser casi rutinaria. Una vez que David enfrenta a Goliat, otros hombres poderosos de valor vencen a los miembros de la familia de Goliat. El coraje de David es contagioso, así como la cobardía de Saúl. Dios no tenía la intención de que hubiera un solo gigante que sería destruido por David para que ningún israelita tuviera que enfrentar ese problema de nuevo. Dios se propuso que David se pusiera de pie frente al gigante y lo matara, dando a otros hombres el ejemplo y la fe para hacer lo mismo.

 

Afirmo que Dios siempre tendrá Sus "Davids" y que tales hombres siempre tendrán sus "Goliats". A veces los "Goliats" serán individuos; otras veces, serán problemas, luchas, enfermedades, naciones o incluso poderes malignos. En cada caso, debemos recordar que: "la batalla es del Señor Jesucristo". Es Él quien va delante de nosotros, dándonos la victoria:

“Y Jehová vuestro Dios, que va delante de vosotros, peleará por vosotros, como lo hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos; y en el desierto, donde habéis visto cómo el SEÑOR vuestro Dios os llevó, como un hombre Lleva a su hijo, en todo el camino que has andado, hasta que viniste a este lugar. Pero para todo esto, que no confía en el Señor su Dios, que va delante de usted en su camino, a buscar un lugar para acampar, con fuego de noche y nube de día, para mostrar la forma en la cual debéis ir"(Deuteronomio 1: 30-33).

 

“Pero no saldréis apresuradamente, ni os iréis como fugitivos; Porque Jehová irá delante de ti, y el Dios de Israel será tu retaguardia” (Isaías 52:12).

 

"Entonces su luz se desvanecerá como el amanecer, Y su recuperación pronto brotará; Y tu justicia irá delante de ti; La gloria de Jehová será tu retaguardia" (Isaías 58: 8).

 

"Sed fuertes y valientes, no temáis ni os desmayéis por causa del rey de Asiria, ni por toda la multitud que está con él; Porque el que está con nosotros es mayor que el que está con él. Con él sólo es un brazo de carne, pero con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y luchar nuestras batallas. Y el pueblo se apoyó en las palabras de Ezequías, rey de Judá” (2 Crónicas 32: 7-8).

 

Nuestro texto tiene mucho que enseñarnos sobre liderazgo, cómo se desarrolla y cómo se reconoce. Por orden de nacimiento y circunstancias familiares, David no parece destinado a la dirección. Pero él es un hombre según el corazón de Dios. Dios prepara a David providencialmente, mientras cumple fielmente su responsabilidad como pastor. Cuando un león o un oso atacan a uno de su rebaño, lo rescata, tomando el oso o el león para vencerlo. En este proceso, David aprende a confiar en Dios y a usar las armas que le ha dado, una lección para nosotros también. David no busca el liderazgo; En cierto sentido, es empujado sobre él. David se convierte en un líder siendo un buen seguidor. Él va a la escena de batalla, obedeciendo las instrucciones de su padre. Y cuando David ve el temor de los israelitas, comienza a tratar de hacer algo al respecto. Cuando oye a Goliat blasfemar a su Dios e intimidar a los ejércitos del Señor, los propósitos de David para luchar contra Goliat en el nombre del Señor, no son para buscar el liderazgo, sino que se le impone y no se quita sus responsabilidades. Parecía que su trabajo de pastor, era simple y sin importancia, pero qué tan bien lo usó Dios para prepararlo para enfrentar a Goliat en la batalla.

 

Nuestro texto nos enseña sobre los medios y métodos. Vivimos en un día en que los cristianos imitan los métodos de otros hombres. Un hombre parece tener un negocio exitoso o ministerio, y escribe un libro que dice a otros "cómo" él lo hizo. Otros leen el libro, quieren tener éxito también, y luego imitan los métodos del hombre. David no lucha contra Goliat con las armas de Saúl ni con sus métodos. David combate a Goliat con los métodos que desarrolló y practicó mientras cuidaba de sus ovejas.

 

A menudo esperamos que Dios traiga la derrota de sus enemigos por el uso de medios inusuales y espectaculares. Dios trajo plagas sobre los egipcios y ahogó a su ejército en el Mar Rojo. Dios usó terremotos y tormentas e inundaciones. Dios es capaz de entregar a Su pueblo de la manera que Él elija. Pero en el caso de Goliat, Dios usó a un joven y una honda. ¡Estas no pueden ser armas impresionantes en sí mismas, pero David y su honda causaron una gran impresión en Goliat! Cuando los medios más sencillos son empleados por Dios, debemos recordar sin embargo que incluso nuestra habilidad para disparar una flecha, o lanzar una piedra, o de pie sobre suelo resbaladizo viene de Él:

“En cuanto a Dios, su camino es irreprensible; La palabra de Jehová es juzgada; Él es un escudo para todos los que se refugian en él. “Porque ¿quién es Dios, sino Jehová? ¿Y quién es una roca, sino nuestro Dios? El Dios que me ciñe con fuerza, y hace irreprensible mi camino. El hace mis pies como de ciervas pies, y me afirma en mis alturas. El entrena mis manos para la batalla, Para que mis brazos puedan doblar el arco de bronce. Tú también me has dado el escudo de tu salvación, Y tu diestra me sostiene; Y tu dulzura me hace grande. Tú agrandas mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado” (Salmo 18: 30-36).

 

“Bendito sea Jehová, mi roca, que entrena mis manos para la guerra, Y mis dedos para la batalla” (Salmo 144: 1).

Al final, no es tanto que David sea grande, sino que el Dios que él sirve, el Dios que fue delante de él, es grande. Saúl parece concentrarse en el tamaño del enemigo más que en el tamaño de Dios. Dios siempre parece darnos enemigos que son mucho mayores que nosotros, de modo que luchamos en nuestra debilidad, confiando en Dios y no en nosotros mismos, dándole la gloria, en lugar de tomar el crédito nosotros mismos.

 

Cuando llegamos a David, llegamos al rey escogido de Dios. Este es el único cuya semilla será el Mesías prometido, cuyo reino no tendrá fin. Y así David a menudo nos proporciona un prefiguramiento de Cristo. Nuestro texto no es una excepción. David es un prototipo de Cristo, ya que Goliat es un prototipo de Satanás. Satanás tiene el mundo entero temblando en temor de él y de la muerte (véase Hebreos 2: 14-15). Nosotros, como los israelitas de antaño, somos impotentes para derrotarlo. Lo que no podemos hacer por nosotros mismos, Cristo lo ha hecho por nosotros, así como David peleó contra Goliat por Saúl y los israelitas. Satanás tiene un control de la muerte sobre los pecadores perdidos. No hay nada que podamos hacer para salvarnos. Jesús vino y tomó a Satanás uno a uno, y Él ganó la victoria. David lo hizo matando a Goliat. Jesús lo hizo al ser crucificado en la cruz del Calvario. Pero después de morir para pagar el castigo por nuestros pecados, resucitó de la tumba, triunfó sobre Satanás, el pecado y la muerte. Fue el ganador y pudo tomar todo, y Jesús ganó por morir y por resucitar de entre los muertos. Todos los que reconocen su pecado y renuncian a confiar en sí mismos depositando su confianza en Jesucristo, tienen el perdón de los pecados y la seguridad de vivir eternamente en su reino. Gracias por nuestro Campeón, el Señor Jesucristo.

 

 

 PRES "Programa de Educación Sistemática"

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Clase Nueva: Periodo III Semana 8   - El inicio de la entrega de la Ley

 

 

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    PERIODO I
      Semana 1   
      La Biblia es la Palabra de Dios  Isías 55:11  icon-download  Bajar 
      Semana 2     Metáforas de la Palabra: es lámpara, pan y lluvia  Deut. 8:9, Isaías 55:10  icon-download  Bajar 
      Semana 3   Características del Creador Génesis 1:1  icon-download Bajar
      Semana 4   Características de la Creación Génesis 1:31  icon-download Bajar
      Semana 5   Adam, Eva y la constitición de la familia Génesis 2:18  icon-download Bajar
      Semana 6   La serpiente y el pecado de Adam y Eva Romanos 6:23   icon-download Bajar
      Semana 7   Caín y Abel Juan 4:20  icon-download Bajar
      Semana 8   Caín y Abel y su ofrenda Proverbios 3:9  icon-download Bajar
      Semana 9   Noé un hombre obediente Génesis 7:1  icon-download Bajar
      Semana 10    Los desafios de la obediencia Hebreos 11:7  icon-download Bajar
      Semana 11   La Torre de Babel Génesis 11:1-9
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      Evaluación   Evaluación del Periódo 1  icon-download Bajar
    PERIODO II
    Introducción   UN HOMBRE, UNA FAMILIA, UNA NACIÓN  icon-download Bajar
      Semana 1   El llamado y la promesa de Abraham  icon-download Bajar
      Semana 2   La promesa y la bendición más grande de todas  icon-download Bajar
      Semana 3   Abraham y Lot  icon-download Bajar
      Semana 4   Lot y sus malas decisiones  icon-download Bajar
      Semana 5   Nacimiento de Isaac, el hijo de la promesa  icon-download Bajar
      Semana 6   Tu idea o el plan de Dios   icon-download Bajar
      Semana 7   Jacob y el milagro de su nacimiento  icon-download Bajar
      Semana 8   Jacob, el peligro de mentir  icon-download Bajar
      Semana 9   La Familia de José  icon-download Bajar
      Semana 10   La bendición de Dios sobre José  icon-download Bajar
      Semana 11      
      Semana 12   Entrada en Egipto  icon-download Bajar
    CLASE ESPECIAL SANTA CENA
      Semana 1   La Pascua (Parte 1)  icon-download Bajar
      Semana 2   La Pascua (Parte 2)  icon-download Bajar
    PERIODO III
      Semana 1   De huéspedes a esclavos.  icon-download Bajar
      Semana 2   Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 3   Eventos en la vida de  Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 4   Moisés un hombre íntegro.  icon-download Bajar
      Semana 5   Las diez señales en Egipto.  icon-download Bajar
      Semana 6   El Dios Poderoso  icon-download Bajar
      Semana 7   Peregrinaje en el Desierto
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      Semana 8   El inicio de la entrega de la Ley/Las diez palabras  icon-download Bajar
      Semana 9   Las diez palabras en mi vida.  icon-download Bajar
      Semana 10   Las diez palabras en mi vida 2da. Parte.  icon-download Bajar
      Semana 11   El Tabernáculo.  icon-download Bajar
      Semana 12   En la frontera de Canaán   icon-download Bajar
      Semana 13   Evaluación  icon-download Bajar
    PERIODO IV
      Semana 1   Josué, sucesor de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 2   La batalla de Jericó.  icon-download Bajar
      Semana 3   Las batallas para conquistar la tierra  icon-download Bajar
      Semana 4   La repatriación de la tierra    
      Semana 5   Josué las últimas palabras   icon-download Bajar
  • PERIODO I
      Semana 1  
      La Biblia es la Palabra de Dios  Isías 55:11  icon-download  Bajar 
      Semana 2     Metáforas de la Palabra: es lámpara, pan y lluvia  Josué 1:8  icon-download  Bajar 
      Semana 3   Dios hizo todo perfecto Jeremías 32:17  icon-download Bajar
      Semana 4   Dios hizo todo perfecto Génesis 1:27  icon-download Bajar
      Semana 5   Adam, Eva y la constitución de la familia Génesis 2:18  icon-download Bajar
      Semana 6   La serpiente y el pecado de Adam y Eva Romanos 6:23  icon-download Bajar
      Semana 7   Una Ofrenda agradable  Génesis 4:4  icon-download Bajar
      Semana 8   Caín y Abel, una mala decisión Génesis 4:7   icon-download Bajar
      Semana 9   Noé y el arca Génesis 6:5  icon-download Bajar
      Semana 10   Los desafios de la obediencia Génesis 6:22  icon-download Bajar
      Semana 11   La Torre de Babel Génesis 11:1-9   icon-download Bajar
     Evaluación     Evaluación del periódo 1   icon-download Bajar
    PERIODO II
    Introducción   UN HOMBRE, UNA FAMILIA, UNA NACIÓN icon-download Bajar
     Semana 1   El llamado y la promesa de Dios a Abraham icon-download Bajar
     Semana 2   La promesa y la bendición más grande de todas icon-download Bajar
     Semana 3   Abraham y Lot icon-download Bajar
     Semana 4   Lot, las consecuencias de una mala decisión icon-download Bajar
     Semana 5   Nacimiento de Isaac, el hijo de la promesa icon-download Bajar
     Semana 6   Tu idea o el plan de Dios  icon-download Bajar
     Semana 7   Jacob y el milagro de su nacimiento icon-download Bajar
     Semana 8   A Dios le agrada que hagas lo correcto icon-download Bajar
     Semana 9   La familia de José icon-download Bajar
     Semana 10   José fiel ante grandes retos icon-download Bajar
     Semana 11   José, primer ministro de Egipto icon-download Bajar
     Semana 12   La providencia de Dios para Jacob y sus hijos icon-download  Bajar 
    CLASE ESPECIAL SANTA CENA
     Semana 1   La Pascua (Parte 1) icon-download Bajar
     Semana 2   La Pascua (Parte 2)  icon-download  Bajar 
    PERIODO III
      Semana 1   De huéspedes a esclavos.  icon-download Bajar
      Semana 2   Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 3   Eventos en la vida de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 4   Moisés un hombre íntegro.  icon-download Bajar
      Semana 5   Israel y el pueblo idólatra.   icon-download Bajar
      Semana 6   10 Señales y prodigios en Egipto  icon-download Bajar
      Semana 7   Peregrinaje en el desierto  icon-download Bajar
      Semana 8   El inicio de la entrega de la Ley/Las diez palabras  icon-download Bajar
      Semana 9   Las diez palabras en mi vida.  icon-download Bajar
      Semana 10   Las diez palabras en mi vida 2da. Parte.  icon-download Bajar
      Semana 11   El Tabernáculo.  icon-download Bajar
      Semana 12   En la frontera de Canaán  icon-download Bajar
      Semana 13   Evaluación  icon-download Bajar
    PERIODO IV
      Semana 1   Josué, el llamamiento de un nuevo líder.  icon-download Bajar
      Semana 2   Las batallas de Jericó y de Hai.  icon-download Bajar
      Semana 3   La alianza de Gabaón   icon-download Bajar
      Semana 4   La repartición de la tierra prometida  icon-download Bajar
      Semana 5   Las últimas palabras de Josué
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  • PERIODO I
      Semana 1  
      La Biblia es la Palabra de Dios  Isías 55:11  icon-download  Bajar 
      Semana 2     Metáforas de la Palabra: es lámpara, pan y lluvia  Josué 1:8  icon-download  Bajar 
      Semana 3   7 días de la creación   Génesis 2:2  icon-download Bajar
      Semana 4   La creación de Dios es perfecta Génesis 1:31  icon-download  Bajar
      Semana 5   La institución de la Familia Génesis 2:24  icon-download Bajar
      Semana 6   La serpiente y el pecado de Adam y Eva Romanos 6:23  icon-download Bajar
      Semana 7   Caín, Abel y la ofrenda Hebreos 11:4
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      Semana 8   Caín y Abel, la ley del pecado Génesis 4:8  icon-download Bajar
      Semana 9   Los juicios y la salvación de Dios Génesis 6:9  icon-download Bajar
      Semana 10   Los desafios de la obediencia Génesis 6:22  icon-download Bajar
      Semana 11   La Torre de Babel Génesis 11:1-9
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      Evaluación    Evaluación del Periódo 1   icon-download Bajar
    PERIODO II
    Introducción   UN HOMBRE, UNA FAMILIA, UNA NACIÓN icon-download Bajar
     Semana 1
      El llamado y la promesa a Abraham icon-download Bajar
     Semana 2   La promesa y la bendición más grande de todas icon-download Bajar
     Semana 3   Abraham y Lot icon-download Bajar
     Semana 4   Lot, sus elecciones y las nuestras icon-download Bajar
     Semana 5   El nacimiento de Isaac, el hijo de la promesa icon-download Bajar
     Semana 6   Tu idea o el plan de Dios. icon-download Bajar
     Semana 7   Jacob y el milagro de su nacimiento icon-download Bajar
     Semana 8   No menosprecies tu primogenitura icon-download Bajar
     Semana 9   La familia de José icon-download Bajar
     Semana 10   José es bendecido por Dios icon-download Bajar
     Semana 11   José, de la cárcel al palacio icon-download Bajar
     Semana 12    La familia de José en Egipto icon-download Bajar
    CLASE ESPECIAL SANTA CENA
     Semana 1   La Pascua (Parte 1) icon-download Bajar
     Semana 2   La Pascua (Parte 2)  icon-download  Bajar 
    PERIODO III
      Semana 1   De huéspedes a esclavos.  icon-download Bajar
      Semana 2   Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 3   Eventos en la vida de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 4   Moisés un hombre íntegro.  icon-download Bajar
      Semana 5   La idolatría en tiempos de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 6   10 señales y prodigios en Egipto  icon-download Bajar
      Semana 7   Peregrinaje en el desierto  icon-download Bajar
      Semana 8   El inicio de la entrega de la Ley  icon-download Bajar
      Semana 9   Las diez palabras en mi vida.  icon-download Bajar
      Semana 10   Jesucristo el verdadero reposo.  icon-download Bajar
      Semana 11   El Tabernáculo.  icon-download Bajar
      Semana 12   En la frontera de Canaán  icon-download Bajar
      Semana 13   Evaluación  icon-download Bajar
    PERIODO IIII
      Semana 1   Josué, sucesor de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 2   Josué y la batalla de Jericó.  icon-download Bajar
      Semana 3   Josué y la batalla de HAI  icon-download Bajar
      Semana 4      
      Semana 5   Las últimas palabras de Josué  icon-download Bajar
  • PERIODO I
      Semana 1  
      La Biblia es la Palabra de Dios  2 Timoteo 3:16
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      Semana 2     Metáforas de la Palabra: es lámpara, pan y lluvia  Salmos 119:4-6
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      Semana 3   Dios, el creador de todas las cosas  Génesis 1:1  icon-download Bajar
      Semana 4   Características de la Creación  Génesis 2:4  icon-download Bajar
      Semana 5   Adam y Eva Génesis 2:18  icon-download Bajar
      Semana 6   El pecado de Adam y Eva y sus consecuencias  Romanos 6:23  icon-download Bajar
      Semana 7   Caín y Abel, una ofrenda a Dios Génesis 4:3  icon-download Bajar
      Semana 8   Caín y Abel, el pecado está a la puerta Génesis 4:7  icon-download Bajar
      Semana 9   Los juicios y la misericordia de Dios Génesis 6:7  icon-download Bajar
      Semana 10   Los desafios de la obediencia Hebreos 11:7  icon-download Bajar
      Semana 11   La Torre de Babel Génesis 11:1-9
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      Evaluación   Evaluacion del Periódo 1  icon-download Bajar
    PERIODO II
    Introducción
      UN HOMBRE, UNA FAMILIA, UNA NACIÓN icon-download Bajar
    Semana 1
      El llamado y la promesa a Abraham icon-download Bajar
    Semana 2   La promesa y la bendición más grande de todas icon-download Bajar
    Semana 3   Abraham y Lot icon-download Bajar
    Semana 4   Lot, una equivocada elección icon-download Bajar
    Semana 5   El nacimiento de Isaac, el hijo de la promesa icon-download Bajar
    Semana 6   ¿Quienes son los hijos de Dios? icon-download Bajar
    Semana 7   Jacob y el milagro de su nacimiento  icon-download  Bajar
    Semana 8   No desprecies tu primogenitura  icon-download Bajar
    Semana 9   La familia de José  icon-download Bajar
    Semana 10   José es bendecido por Dios  icon-download Bajar
    Semana 11      
    Semana 12   La providencia de Dios para Jacob y sus hijos  icon-download Bajar
    CLASE ESPECIAL SANTA CENA
    Semana 1   La Pascua (Parte 1)  icon-download Bajar
    Semana 2   La Pascua (Parte 2)  icon-download Bajar 
    PERIODO III
      Semana 1   De huéspedes a esclavos.  icon-download Bajar
      Semana 2   Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 3   Eventos en la vida de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 4   Moisés un hombre íntegro.  icon-download Bajar
      Semana 5   Las 10 señales y prodigios en Egipto y su propósito. (Parte 1)  icon-download Bajar
      Semana 6   Las 10 señales y prodigios en Egipot y su propósito (Parte 2)  icon-download Bajar
      Semana 7   Peregrinaje en el desierto  icon-download Bajar
      Semana 8   El inicio de la entrega de la Ley/ Las Diez Palabras  icon-download
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      Semana 9   Las diez palabras en mi vida.  icon-download Bajar
      Semana 10   Jesucristo el verdadero reposo.  icon-download Bajar
      Semana 11   El Tabernáculo.  icon-download Bajar
      Semana 12   En la frontera de Canaán  icon-download Bajar
      Semana 13   Evaluación  icon-download Bajar
    PERIODO IV
      Semana 1   Josué sucesor de Moisés.  icon-download Bajar
      Semana 2   Santidad contra desobediencia.  icon-download Bajar
      Semana 3   Una conquista total  icon-download Bajar
      Semana 4      
      Semana 5   Las últimas palabras de Josué  icon-download Bajar

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