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UNA VIDA ESPIRITUAL NO SE LOGRA POR EL DESPRECIO O MENOSPRECIO DE LA RAZÓN.

 

Romanos 12:1

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto

Todas las citas son tomadas de la Reina Valera Antigua (RVA)salvo cuando se indique expresamente otra versión.

 

Cuantas personas conoces que creen que una vida espiritual es una vida en la que se cree todo y de todo. Para ellos, el hacer preguntas es visto como falta de fe. ¿Es eso fe? ¿Para vivir una vida espiritual se debe hacer a un lado el entendimiento? Como respuesta a estas preguntas debemos decir desde el principio que: La fe no anula la razón, la ilumina.
 
Recuerdo con claridad que en México en el año de 1996 se levantó un gran escándalo mediático toda vez que  salió a la luz que meses antes, el mismísimo abad ó administrador de la basílica Guillermo Schulenburg, había declarado a una revista mexicana que Juan Diego no era un personaje histórico sino simbólico, decir esto era solo otra forma de decir que en realidad no existió. El abad declaraba esto en base al trabajo de historiadores reconocidos.
 
Esta declaración era asombrosa viniendo de quien venia, pues el señor Schulemburg no era un extraño, no era un protestante  ó un “hermano separado” (como convenientemente para sus intereses insisten en llamarnos aquellos que nunca podrán decir que tienen una fe con nosotros porque no tienen un solo Dios sino muchos). Así que no era algún extraño ó enemigo quién hacía tales declaraciones, sino un jerarca católico con título de “monseñor” y cargo de “abad de la basílica”.
 
El tema desató una gran controversia en todos los medios nacionales por lo que tal afirmación implicaba: Poner en duda a este personaje ficticio era poner en duda la historia en torno a él y a la mismísima imagen promovida en torno al personaje. Imagen, historia y personaje vienen en el mismo paquete, así que la polémica era de gran trascendencia para millones de mexicanos.
 
¿Que dijo este hombre que para entonces tenia 80 años?. Que Juan Diego era “un símbolo y no una realidad”. Que era una tradición antes que un sujeto histórico. Que su{tip id="64"}Beatificación{/tip} era “un reconocimiento al culto. No es un reconocimiento de la existencia física y real del personaje”. Hablando sobre el culto a la llamada virgen de Guadalupe, Guillermo Schulemburg reconoció que este culto era un {tip id="66"}Sincretismo{/tip} y que en el mismo lugar en donde ahora se rinde culto a esta imagen, los aztecas adoraban ya una diosa llamada Tonatzin, él dijo: "Por ese precioso sincretismo religioso, fue sustituida, superada y cambiada por la verdadera devoción, a la verdadera madre de Dios: a la Diosinantzin y ya no la Tonantzin". Todas estas declaraciones estuvieron en el ojo del huracán y con sobrada razón.
 
 
 
Ahora vamos al punto. Este personaje dijo también que al pueblo en general no le interesaba mucho el problema, que la fe del pueblo estaba por encima de la historicidad del acontecimiento”. ¿Que quería decir, conque la fe del pueblo estaba por encima de la historicidad? Según esta visión, a la gente no le debía importar si algo es verdadero o falso. El asunto no de dependía de la verdad sino de lo que él llama fe. ¿Y cual es entonces la idea que muchos tiene de la fe? Creer todo y de todo,  creer lo que quieras.
 
El diario Excelsior del 4 de junio del 96 en un articulo relacionado con el tema señaló sobre la aparición “El vaticano acaba de decir que no es dogma, que el católico que no crea en ella no por ello deja de ser católico” No es dogma en términos sencillos quiere decir que no es obligatorio creerlo, significa que cada católico tiene libertad de creer o no. Ahora bien, señalar que cada quien puede creer lo que quiera es completamente cierto, pero decir que puedes creer lo que quieras y ser cristiano no es posible. Decir que puedes creer lo que quieras y ser salvo no es verdad.
 
Una de las frases mas famosas de la entrevista fue esta: “El estudioso, que estudie; el devoto, que siga orando y creyendo”. ¿Te das cuenta lo que esta declaración implica? El problema es esa separación entre la razón y la fe, entre la verdad y la fe, pareciera que ser estudioso y tener fe son dos cosas incompatible ú opuestas.
 
Recuerdo muy bien que en medio de tal escándalo y la indignación de un gran número de personas era común escuchar: “Es asunto de fe”, como una forma de zanjar la cuestión. En ese contexto la frase parece decir: “no preguntes, no cuestiones, no investigues… solo créelo”, pensar así es despreciar el intelecto y proponer que la fe y la razón son dos cosas contrarias, es fomentar una confianza ciega y sin reflexión y con ello hacer susceptibles de engaño a los demás, pues si has de creer lo que quieras, si has de creer y no preguntar, la puerta queda abierta para creer de todo.
 
Eso no es el  cristianismo porque no es bíblico. Sabemos muy bien que la verdad proclamada en el evangelio y la Escritura toda, ha sido y será cuestionada hasta el fin de este siglo, pero si la verdad ha de prevalecer no será tratando de defenderla a costa de la verdad misma, no se le puede defender con mentiras piadosas para fomentar una supuesta fe que no es fe sino credulidad simple y supersticiosa. La Escritura dice con claridad: “Porque ninguna cosas podemos contra la verdad, sino por la verdad” Es decir, nada contra la verdad sin a favor de la verdad. {tip id="69"}2 Corintios 13:8{/tip}.  Así que como hijos de Dios: No haremos nada en contra de la verdad ó a costa de la verdad, debemos estar a favor ó por la verdad. Si vamos a defender la fe una vez dada a los santos, nunca será ocultando la verdad, sino buscándola.
 
 
Si eres cristiano entonces lo eres porque miraste la verdad y comprendiste la verdad.  Tú crees al comprender. Por ejemplo, crees al comprender que “no son dioses los que se hacen con las manos”. (Hech. 19:26) que no es cuerdo adorar ó venerar algo que haya sido hecho por nuestras manos, sino adorar solo a aquel que nos hizo y que hizo nuestras manos. El Dios que hizo el cielo y la tierra dice en Isaías 44:19 acerca del hombre que adora imágenes:  “No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento”. Estas palabras son dichas en medio de un pasaje en el que llama al hombre a la reflexión y al uso de la razón. Desde el versículo 9 y hasta el  20 tenemos una bella serie de argumentos en los que Dios mismo está apelando a la razón ya que ésta nos fue dada por Él mismo para usarla en nuestra adoración. Si observas la línea de los versículos mencionados, notarás un asombroso llamado de Dios a discurrir lo cual significa = pensar, reflexionar y aplicar la inteligencia -dice el diccionario de la lengua-. El Señor llama a entonces a su pueblo a confiar y a volverse a Él. Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, é Israel, pues que tú mi siervo eres: Yo te formé…” (vers 21) Observemos que estas palabras están después y solo después de que se ha llamado a la razón y se nos ha mostrado lo que podemos llamar las sin razones de la idolatría.
“Si crees sin razonar… no crees”
 
 
Fideísmo: Fe que no es fe
A esa fe que no es fe se le ha llamado Fideísmo. El fideísmo la postura de aquel que dice que no es necesario una comprensión de lo que creemos, que ve a la razón y la fe como aspectos diferentes y opuestos. El fideísmo es la negación de la razón al menos en lo que respecta a los asuntos de la vida religiosa, fideísmo es una postura que desprecia el entendimiento y por lo tanto desprecia también la doctrina y la enseñanza Bíblica, “no necesitas explicármelo yo lo creo” dice como para ostrar que tiene fe. Esa clase de fe que no es fe, elevará los sentimientos por encima del entendimiento y por ello será víctima del engaño, una persona con esta postura será engañada y lo será porque en le fondo de su corazón no busca realmente al Dios vivo y verdadero, sino simplemente una experiencia metafísica viniera donde viniera. Oh amados, el Espiritu Santo clama: Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento;Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos(Ef 1:17-18)
 
El cristiano “comprende su fe”, es decir  el verdadero cristiano es aquel que “comprende lo que cree”, debido a eso es que puede, como dice 1ª Pd 3:15, estar listo para responder cuando se le pregunta las razones de la fe, esta preparado para que con mansedumbre y respeto pueda “dar razón de su esperanza”.
 
Nadie puede vivir algo que no comprende.
En {tip id="67"}Mateo 13:23{/tip} al comparar la Palabra de Dios con una semilla y nuestro corazón con el terreno donde esta cae, nuestro Señor dijo con toda claridad que el que oye y entiende lleva fruto, pero en el {tip id="68"}Versículo 19{/tip} dice que el que oye la palabra y no la entiende viene el malo y arrebata lo que fue sembrado. He ahí la importancia no solo de oír… sino de aplicar el entendimiento a lo que oímos.
 
 
 
Busquemos oír, pero para entender. Hebreos 5:14 nos habla de que nuestros sentidos pueden ejercitarse. Dice “sentidos” en plural debido a que este regalo de Dios que es el entendimiento, tiene varias capacidades Ejercitemos pues nuestros sentidos de comprensión, de reflexión, de contrastación, de análisis, de memorización, solo así, según el mismo versículo inspirado, dejaremos de ser niños y podremos discernir correctamente entre el bien y el mal, lo cual como es claro a todos, es una de las grandes necesidades del pueblo de Dios en este tiempo a los que La Sagrada Escritura llama “tiempos peligrosos”.
 
Si nuestro entendimiento no es edificado, somos propensos a basarnos en el “sentimiento” y por tanto… propensos al engaño.
 
Spurgeon escribió:
Los lobos de la herejía devastan los rediles de los ignorantes
 
 
Afirmamos: No esta mal sentir, esta mal no comprender.
Es claro que nuestra alma siente. Y que puede experimentar sentimientos ó sensaciones agradables y desagradables. Solo al encontrarse con su creador nuestra alma puede sentir, paz, gozo en un nivel que solo se encuentra en Dios. Tomemos el ejemplo de la paz que solo Cristo da, por supuesto que es algo que se siente en el alma. Pero tu no puedes sentir paz a menos que comprendas: ¿Quién es nuestra paz? ó ¿Cómo fue obtenida esa paz?.
 
La paz no surge de la nada, no surge de la ignorancia sino del conocimiento, del conocimiento  de Dios, de su poder, su voluntad y su obra. Solo al comprender las realidades presentadas en el evangelio el hombre puede arrepentirse de sus pecados, entregar su vida a Cristo y tener paz con Dios. Solo al comprender las realidades presentadas en el evangelio fue que las 3 mil personas de Hechos 2 ó el Etíope de Hechos 8 ó el centurión de Hechos 10 fueron compungidos de corazón, reconociendo su condición y  su profunda necesidad de salvación. Es por ello que fueron bautizados en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados. Solo así, justificados por la fe… obtuvieron la paz celestial. “Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Rom 5:1)
 
Romanos 12:1 nos llama a ofrecer a nuestro gran Salvador un “racional culto”. Es asombroso notar que la misma palabra traducida como racional en este versículo (logikos) nos es presentada por el Espíritu Santo también en 1ª Pedro 2:2 señalando donde nos señala dos características del alimento que debemos buscar: Alimento no adulterado y alimento racional. ¡Que importante nota como predicadores debemos tomar de este versículo!, pues actualmente parece que los predicadores fuesen los primeros en buscar una respuesta emocional e irracional del “publico” al que tienen la obligación de entretener, o así parece.
 
 
Una nota importante: Hemos hablado de edificar nuestro entendimiento y por ello es importante decir para concluir esta parte, que lo anterior no significa que siempre entenderemos todo, porque nuestro entendimiento tiene un límite y es claro en la Escritura que hay aspectos que solo entenderemos cuando le veamos cara a cara, entonces podremos “conocer como somos conocidos”. (1 Cor 13:1) Pero significa que cada día yo debo buscar comprender la voluntad de Dios revelada en La Santa Biblia.
Las cosas secretas pertenecen á Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley (Dt 29:29)
 
Así que hermanos míos amados, busquemos adorar a Dios con nuestras fuerzas y con también con nuestro entendimiento, orar con el espíritu pero también con el entendimiento. Ofrezcamos a Dios nuestra vida en un “racional culto” y deseemos también la leche “racional”.