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Para muchas congregaciones cristianas está cercana la fecha de la celebración de las celebraciones: La Santa Cena ó Cena del Señor.

El sencillo pero tan solemne acto establecido por el Señor Jesús “la noche que fue entregado” es motivo de gran regocijo para el hijo de Dios.

Para muchos, estas fechas representan un poco más que simples vacaciones. Cada año las pantallas de los televisores se llenan de programas en torno a la vida y obra de aquel que, como se ha dicho muchas veces, “partió la historia en dos”, antes de Cristo y después de Él.

Miles además, llevan a cabo representaciones que El Señor nunca mandó en su Palabra. Multitd de actividades, se realizan cada año en todo el mundo, algunas bíblicas y otras de origen pagano.

En medio de tanta actividad en torno a estas fechas y tal como sucedió en aquel momento de la niñez del Señor Jesús narrado en los evangelios (Luc. 2:43-46), para muchos tristemente... JESÚS SE HA PERDIDO. La caravana avanza, las actividades, las celebraciones, pero Jesús no se encuentra, ni en las celebraciones ni en las vidas de aquellos que practican estas cosas. "La caravana avanza, pero sin Cristo"

 Lea el relato:

Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalem, sin saberlo José y su madre. Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos:Mas como no le hallasen, volvieron á Jerusalem buscándole. Y aconteció, que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.

Nosotros podemos llenos de asombro pensar: “¿Cómo pueden unos padres perder de vista a su hijo?”, pero ¿No es más asombroso que perdamos de vista a Cristo ya glorificado y que perdamos por ello el sentido de una conmemoración que Él msimo estableció diciendo “haced esto… en memoria de mí"?

Podemos preguntarnos también: “¿Cómo es que se tardaron tres días para encontrarle?”, pero ¿Qué sería más triste?, ¿Tardarse tres días en encontrarlo ó ya ni siquiera buscarlo?

Por sorprendente que parezca, aun entre la iglesia cristiana puede llegar a suceder esto.

Estamos en peligro de caminar sin El Señor Jesús, si no recordamos que EL MOTIVO DE NUESTRA FIESTA ES CRISTO, y que nos reunimos para CONMEMORAR Y ANUNCIAR. Conmemorar su muerte y anunciar su venida. Nos reunimos para recordar y proclamar que: "Cristo fue muerto por nuestros pecados conforme a las Escrituras y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras". (1 Corintios 15:3)

Nunca perdamos de vista a Cristo, nunca perdamos de vista el motivo por el cual nos reunimos.

Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura,
ni en la levadura de malicia y de maldad,
sino en ázimos de sinceridad y de verdad.

1ª Cor 5:8